30/4/11

BUEN DESPROGUBERNAMENTALIZADOR SERÁ

Si nos los explican, lo entenderemos. Pero que nos lo expliquen bien, por Dios. Que los doctores que tiene el Partido Popular nos expliquen por qué confían tanto en que las cadenas de televisión privadas son intrínsecamente independientes y objetivas. Y, claro, por qué piensan que las cadenas públicas son intrínsecamente partidistas y sectarias. Como estamos hablando de servicios informativos, concretemos: ¿Cuando Matías Prats dejó TVE y marchó a Antena 3, además de ganar más dinero, ganó independencia? ¿Cuando Pedro Piqueras dejó TVE y fichó por Telecinco, además de ganar más dinero, ganó objetividad? ¿Cuando Alfredo Urdaci dejó TVE y marchó a colaborar en “El programa de Ana Rosa”, “Sábado Dolce Vita” o “La noria”, o a ser jefe de prensa de El Pocero, ganó independencia y objetividad quedando en nada aquello de que a la vez que Manuel Fraga le daba un premio por la cobertura hecha por TVE del desastre del Prestige, fuera condenado por manipulación informativa por un juez?

Es que resulta desconcertante que haya gestores de la cosa pública que consideren que lo público es intrínsecamente perverso, que la única solución es la privatización. Como si el Parlamento, elegido por todos los españoles, estuviera condenado por los hados a elegir malos presidentes de RTVE aunque lo hubieran hecho, como ocurre ahora, por consenso. Como si a la cúpula directiva de cualquier conglomerado mediático le resultara metafísicamente imposible manipular o mentir. Como si Berlusconi ofreciera a los italianos una mala tele pública por ser pública y una buena tele privada por ser privada, en vez de ofrecer lo que ofrece porque es Berlusconi.

¿Manipula TVE? Ana Pastor en “Los desayunos de TVE” planteó asuntos incómodos, preguntó y repreguntó a Dolores de Cospedal. Pero no deberíamos atacar al mensajero y matar su caballo, sino defender un modelo de tele pública en el que el mensajero pueda plantear asuntos incómodos, pregunte y repregunte a todo el mundo.

29/4/11

AGUJERO NEGRO EN WESTMINSTER

Lo peor no es que no me interese absolutamente nada la boda entre esa pareja británica. Lo peor es que no me interesan absolutamente nada las personas a las que les interesa la boda entre esa pareja británica. Si me limitara a estar desinteresado por la boda todos mis problemas se solucionarían no encendiendo durante el día de hoy el televisor. No encendiendo ninguna cadena, ya que ni Playhouse Disney está a salvo del zarpazo agudo o crónico de la abadía de Westminster. Pero como mi desinterés se extiende a las personas que no comparten el desinterés conmingo, entonces cualquier solución pasa por una profunda sensación de soledad y un cierto extrañamiento ante el género humano. Hago un viaje en autobús y a mi lado se sienta una mujer atractiva lo suficientemente indefinida como para permitirme jugar unos minutos con mi imaginación y combatir la monotonía del paisaje. Abre el bolso y saca una revista que lleva en su portada a Wiliam y Kate. La mujer desaparece. Quiero decir que fenoménicamente su asiento acaba de quedar vacío por más que físicamente siga teniendo encima sesenta (setenta, ochenta, yo qué sé) kilos de carbono, calcio y agua. No hay imaginación capaz de salvar tal distancia existencial. La nada engulle todo lo que se le acerca como el agujero negro que es, y el enlace entre miss Middleton y HRH William es un gran agujero muy pero que muy negro.

Así que hoy lo tengo claro. No me interesa nada la boda, no me interesan nada las cadenas que se interesan por la boda, no me interesan nada las personas que se interesan por las cadenas que se interesan por la boda, no me interesan nada las cadenas que se interesan por las personas que se interesan por las cadenas que se interesan por la boda, no me interesan nada las bodas que se interesan por las cadenas que se interesan por las personas que se interesan por las cadenas que se interesan por la boda. ¿A usted sí le interesa la boda? Pues se lo va a pasar hoy muy bien, aunque, la verdad, no me interesa nada cómo se lo pase usted hoy.

28/4/11

SANGRE Y ESPECTÁCULO

Ah, no. Eso sí que no. Si los tribunales tienen que multar a Miguel Ángel Rodríguez por algo que ha hecho mal, que le multen. Que le multen si es un facundo bocazas que insulta llamando de forma reiterada “nazi” a un médico acusado de realizar sedaciones irregulares al que los tribunales ya habían declarado inocente. Que le multen si es un deslenguado lenguaraz que llama nazi a quien le sale de las narices porque, según él, “aquel que mata a la gente sin permiso es un nazi, siempre es así de toda la vida”. Igual que deberían multar a quien le llamara a él “fascista” porque no conoce el significado de las palabras y las usa según su conveniencia, o quien dijera que él es un “neonazi pelele correveidile que responde a la voz de su amo” sin comprobar lo que significan estas palabras o cambiando su significado a su antojo solo para ofender y no decir lo que cree cierto. Que le multen si tienen que multarle, pero que tengamos que pagarlo nosotros, de eso nada.

MAR se defendió ante el juez diciendo que usó estos insultos en “59 segundos” y “La noria” porque la tele es así, que él solo es un mandado. El juez lo dio por bueno y dictó sentencia estableciendo que TVE y Telecinco son responsables solidarios y deben pagar con MAR una multa de 30.000 euros. Telecinco sabrá lo que pide a sus trabajadores, allá ella y su forma de entender el negocio, pero no podemos admitir que TVE sea igual. TVE debería no solo recurrir la sentencia, sino denunciar al juez que la acusa de azuzar a sus invitados. Pagar sería no solo hacer pagar a todos los españoles por lo que dijo semejante exportavoz del Gobierno, sería asumir que es cierto que el problema de “59 segundos” no es que haya que resumir los argumentos y razonamientos en menos de 59 arbitrarios segundos, sino que ese tiempo no está concebido para ofrecer a quienes pagamos las multas argumentos y razonamientos, sino sangre y espectáculo.

27/4/11

EL UNIVERSO Y LA TELE


En la película “Annie Hall”, el joven Alvy le dice al doctor Flicker que está deprimido porque ha leído que el universo se expande, y si se expande un día se romperá y será el fin de todo. A mí no me deprime la expansión de universo, sino la expansión de los programas astrológicos y de televenta (en el fondo son la misma cosa) en las madrugadas televisivas. Ni la sensata reflexión de la madre de Alvy (el universo se expande, pero no Brooklyn), ni la razonable observación del doctor Flicker (debemos tratar de disfrutar mientras estemos aquí) pueden consolarme. Lo que vale para el universo no vale para la tele.

Aunque La 2 esté libre de basura astrológica, todo el universo televisivo es mi casa. Es decir, lo que pasa en la madrugada televisiva también afecta a los que vivimos en Brooklyn. Y es difícil celebrar los consejos de “Supernanny”, seguir los casos de “CSI” o desternillarse con Berto Romero mientras estamos en horario proletario sabiendo que, escondidos en la madrugada, Cuatro emite un programa de esoterismo como “Cuatro astros” y un escalofriante “Shopping”, Telecinco no renuncia a castigarnos con “Infocomerciales” y laSexta alberga espantos como “Astro TV” y generosas Teletiendas llenas de roña. Puede que la expansión de la televenta y la astrología no signifique el fin del universo televisivo, pero no puedo dejar de pensar que tras “Supernanny” viene el esoterismo, que después de que los chicos de “CSI” se vayan a casa con el deber cumplido llegan esos productos enloquecidos que insisten en que llamemos ahora, y que la deslumbrante gracia de Berto deja paso a una vidente que improvisa estupideces en directo. Y me deprimo.

Mi madre y mi médico ya no saben qué decirme. Sé que debería conformarme con vivir en Brooklyn y olvidarme de la expansión del universo. Sé que debería disfrutar de la vida y de la tele que me gusta, y no preocuparme de “Shopping” ni de “Astro TV”. Pero no puedo. A ver si, por lo menos, hoy el Barça me da una alegría.

26/4/11

AARG

Vamos, ustedes disculpen, a por la última polémica prefabricada de Telecinco. Esta vez Belén Salsadetodoslosplatos Esteban se ha enredado en uno de sus bucles infinitos de dignidad herida y cartera repleta con Carmen Lomana. A ver si currándonos un poco más el lenguaje que usamos entienden en Telecinco por qué hay cuarenta millones de españoles que no siguen su telebasura monotemática.

O empezó Carmen Lomana o fue primero Belén Esteban, qué más da. Nos importa un pimiento la cara que les quedó a ambas tras tanta cirugía estética, pero una de ellas abrió la boca y dijo algo sobre la otra. Aarg. Y la otra respondió. Aarg. Y la otra contestó a la respuesta. Aarg. Y los reporteros, con unas pintas a las que no prestamos atención, las siguen para que hablen más. Aarg. Ellas salen con un vestido que nos da igual cómo les sienta, pero contestan a las preguntas. Aarg. Y el peinado les quedará como les quede, pero es que vuelven a decir lo que una piensa de la otra. Aarg. Y en Telecinco se llenan programas enteros con un estilismo que nos deja indiferentes, pero que son presentados por seres como Jorge Javier Vázquez, que habla y habla (Aarg), Santi Acosta, que no calla (Aarg), o Ana Rosa Quintana, que habla y no calla (Aarg), o Paz Padilla, que no calla y habla (Aarg). Y detrás ruge la florida caterva de colaboradores de unos y otros (Aaaaarg).

Porque le transparente o no la ropa a Mila Ximénez, habla mucho. Aarg. Se le vea la ropa interior o no a Raquel Bollo, habla mucho. Aarg. Sea feo o no Kiko Eldegranhermano, habla mucho. Aarg. Tenga arrugas o no Lidia Lozano, habla mucho. Aarg. Se le vean los michelines o no a Kiko Matamoros, habla mucho. Vaya repeinado o no Maxim Huerta, habla mucho. Aarg. Se siente de forma indecorosa o no Joaquín Prat, habla mucho. Aarg. Haya o no rastro de sudor en las axilas de Lecquio, habla mucho. Conjunte bien o mal los colores Carmen Alcayde, habla mucho. Aarg. Y todos a la vez. Aarg, aarg y requeteaarg.

25/4/11

QUE LLUEVA, QUE LLUEVA

Vendrá esto de muy atrás, no digo que no, pero se hizo un tópico más de Semana Santa desde que TVE emite “España directo”: todos los años se suspenden centenas… qué digo centenas, unidades de millar… qué digo unidades de millar, decenas de millar… sí, así está bien, decenas de millar de procesiones piadosas por las calles de España. Los reporteros se multiplican para mostrar los preparativos de las procesiones, el fervor popular, los nervios de última hora, las miradas de los penitentes dirigidas no hacia el Cielo, sino hacia el cielo; los rezos de los postulantes orientados no hacia a una escultura de madera policromada, sino hacia el hombre del tiempo sobre un croma con el mapa significativo para mañana. Y, después, la lluvia, la desilusión, las caras largas, los lloros, el desconsuelo.

Esta manera de llover cada Semana Santa no es normal. Tiene que ser por algo. Interferencias entre los rezos de los diferentes cismas cristianos. Confusión de lenguas en las oraciones. Errores en el procesado de datos de los intercesores celestiales. O que a Dios no le gustan las saetas y ya no sabe cómo decírnoslo. Algo tiene que ser. Y yo apostaría a que la razón está en las rogativas para pedir lluvia que se hacen desde hace siglos.

Hay quien dice que las rogativas para pedir lluvia funcionan siempre y cuando los fieles se tomen la molestia de prolongarlas el tiempo que haga falta hasta que termine por llover. Pues de eso nada. Funcionan de verdad de la buena. Son tan eficaces que funcionan incluso cuando en la procesión no se pide que llueva. O eso o las procesiones de Semana Santa se parecen tanto a las rogativas, tanto se parecen a esas procesiones en que se saca a los santos para que vean qué seco está el campo con la intención de que echen una mano y traigan la lluvia, que, claro, se malinterpretan las intenciones, el Cielo se lía y el cielo la lía. Y que llueva, que llueva.

24/4/11

ALÓ, SANTO PADRE


¿Por qué todos los medios relacionan el último show propagandístico de Benedicto XVI con el programa “Tengo una pregunta para usted”? En el “Tengo una pregunta” el entrevistado comparece en directo; en “A su imagen - Preguntas sobre Jesús”, -así se llama el publirreportaje que la RAI y otras televisiones públicas (incluida la nuestra) le regalan al más humilde siervo del Señor; nosotros lo llamaremos “La hora de Bene” para abundar más en la cercanía de Ratzinger Z al pueblo de Dios; fin de este largo inciso-, el Papa lo hace en diferido. En el “Tengo una pregunta” el entrevistado no conoce las cuestiones que se le van a plantear; en “La hora de Bene” no es que el pontífice las conozca, es que las han elegido él y/o sus jefes de campaña de entre muchos miles de ellas. En el “Tengo una pregunta” el entrevistado las suele pasar canutas cuando se le interroga sobre las cuestiones más conflictivas en las que se ha visto envuelto; en “La hora de Bene” no hubo una sola pregunta sobre los escándalos de pederastia, ni sobre la no trivial responsabilidad de XVI y sus huestes en la expansión del sida en África, ni sobre la discriminación de la mujer en su iglesia o la colaboración del catolicismo con tantos regímenes autoritarios. En el “Tengo una pregunta” el entrevistado se enfrenta a ciudadanos de todas las ideologías políticas; en “La hora de Bene” seis de las siete preguntas provenían de católicos.

Resumiendo: “A su imagen - Preguntas sobre Jesús” se parece tanto a “Tengo una pregunta para usted” como la Mariología a una ciencia natural. No se entiende que los medios estén comparando ambos espacios, mejorando de esta manera la imagen de Benedicto XVI al asociarlo a un formato democrático prestigioso y no a una chufla publicitaria. ¿Por qué nadie se ha dado cuenta? El modelo televisivo del Papa no es Zapatero o Rajoy, sino el Hugo Chávez de “Aló, presidente”. Lo que nuestra televisión pública emitió ayer sábado no fue “Tengo una pregunta para el Papa”, sino “Aló, Santo Padre”.

22/4/11

¡POR SAN JORGE!

Es algo que conviene recordar cuando llega el día del libro, por San Jorge: los libros quedan chulos en los muebles del salón. Eso nadie lo discute. Los libros quedan tan bien en los muebles del salón que en las mueblerías colocan unos cuantos libros por las baldas, aquí y allá, para que los clientes lo veamos todo divino y nos animemos a comprar. Después, ya en casa, llenamos ese mueble de fotos de la familia, recuerdos de algún viaje y detalles de boda. Y libros. Los libros no pueden faltar, qué iban a pensar las visitas. Pero no nos engañemos, el centro del salón, alrededor del que gira todo, es desde hace muchos años el televisor (“¿Que no tienes tele?, ¿entonces hacia dónde miran tus muebles?”, decía Joey en “Friends”).

Resultado: en casa todos tenemos el salón mirando al televisor y unos cuantos libros colocados estratégicamente por las baldas, aquí y allá. Pero, ¿sabían que ahora lo más de lo más, lo último de lo último, es poner algún libro encima de la mesa de centro del salón? Un libro abandonado descuidadamente en el lugar preciso añade un toque de distinción muy del gusto de la gente bien. Un libro con el marcapáginas sobresaliendo rompe la simetría y brinda el contrapunto que todo decorador persigue. Un libro junto al mando a distancia sugiere una ventana abierta a otros mundos que la tele no es capaz de alcanzar.

Cuidemos nuestra casa. Ya sabemos que las visitas se fijan en todo. Elijamos ese libro olvidado que decora el mueble del salón desde hace años y que siempre dijimos que nos gustaría leer si tuviéramos tiempo. Busquemos un marcapáginas. Coloquémoslo todo bien dispuesto junto al mando a distancia. El marcapáginas tiene que sobresalir un poco más. Así. Queda precioso. Ya sólo falta esperar ese día mágico en que, sin saber muy bien por qué, al sentarnos en el sofá decidamos coger el libro en vez del mando a distancia.

21/4/11

¡PERDONA!

- Lo peor de estos programas basura es que no hacen más que gritar.
- NO, DE ESO NADA, LO PEOR NO SON LOS GRITOS. LO PEOR SON LAS CONSTANTES INTERRUPCIONES QUE SE HACEN UNOS A OTROS.
- QUÉ VA A SER ESO. LO QUE MÁS…
- OYE, LAS INTERRUPCIONES NO INTERRUMPEN, SOLO AGILIZAN LA…
- CÓMO VAN A AGILIZAR, SI EN CUANTO…
- A MÍ ME MOLESTA MÁS QUE TIENEN LA DESFACHATEZ DE INTERRUMPIR CON UN “PERDONA”, COMO SI ASÍ YA FUERAN PERSONAS EDUCADAS QUE…
- PERDONA, O CON UN “PERDÓNAME”, QUE NO SIEMPRE...
- PERDÓNAME, INTERRUMPEN CON UN “PERDONA” O UN “PERDÓNAME” SEGUIDO DE UN “PERO”, QUE…
- PERDONA, PERO NO SIEMPRE ES ASÍ, COMO CUANDO…
- PERDONA, PERO SÍ QUE LO ES. Y LO HACEN MÁS CUANDO SE ACUSAN UNOS A OTROS DE CUALQUIER COSA RELACIONADA CON LO QUE ESTÉN HABLAN…
- PERDÓNAME, PERO ESO LO HARÁS TÚ, QUE ES LO QUE…
- PERDONA, PERO MIRA QUIÉN VA A HABLAR, SI EN CUANTO…
- PERDÓNAME, PERO TÚ MÁS, QUE RECUERDO AQUELLA VEZ QUE…
- PERDONA, PERO LO TUYO ES PEOR, QUE ENCIMA TODO LO DICES CON UN ÉNFASIS QUE RESULTA MOLESTO, PORQUE …
- ¡PERDÓNAME, PERO CON ÉNFASIS HABLARÁS TÚ, YA EMPIEZO A…!


- ¡PERDONA, PERO DE ESO NADA, SI PRECISAMENTE ERES TÚ QUIEN…!
- ¡PERDONA, PERO TÚ LO EMPEORAS COMIENDO EN DIRECTO Y MASCANDO CHICLE MIENTRAS HABLAS, QUE PARECES…!
- ¡PERDÓNAME, ÑAM, ÑAM, PERO MIRA QUIÉN VA A, ÑAM, HABLAR, JUSTO, ÑAM, QUIEN MÁS…!
- ¡ÑAM, PERDONA, ÑAM, PERO, ÑAM, ES PEOR QUE TODO ESO, ÑAM. ES QUE PARA MÁS INRI, ÑAM, EN ESTOS PROGRAMAS SÓLO HABLAN DE, ÑAM, TONTERÍAS SIN IMPORTANCIA, ÑAM, COTILLEOS QUE…!
- ¡ÑAM, PERDÓ, ÑAM, NAME, ÑAM, PERO TÚ ERES QUIEN, ÑAM, HABLA DE COTILLEOS, ÑAM, QUE LO DICE EN ESTA, ÑAM, REVISTA, ÑAM, ÑAM, EN LAS FOTOS SE VE QUE ESTÁS CON, ÑAM…!

20/4/11

¿MERECE LA PENA?


El Madrid y el Barça juegan hoy la final de la Copa del Rey. Antifutboleros, abandonad toda esperanza de poder huir de un partido tan enorme como las naves extraterrestres de la serie “V”. No intentéis engañar al fútbol con el mando a distancia, como el caballero Antonius Block intentó engañar a la Muerte con una partida de ajedrez en la película “El séptimo sello”. El fútbol es más poderoso que la “energía azul” de los Visitantes, y más puntual que la Muerte. Si Anna, la líder de los Visitantes de “V”, diera hoy una rueda de prensa para informar a la humanidad de sus planes, nadie la escucharía. Si la Muerte llamara hoy a nuestra puerta, tendría que esperar a que el árbitro pite el final del partido. No es fútbol, es una final Madrid-Barça.

Como dirían los Borg de “Star Trek”, cualquier resistencia será fútil. Ríndanse. Hoy tienen las mismas oportunidades de ganar al Madrid-Barça que los asesinos de “Se ha escrito un crimen” de engañar a Jessica Fletcher. Cicerón, el sirviente del general Máximo en “Gladiator”, reconoce ante su amo que algunas veces hace lo que desea hacer, y el resto del tiempo hace lo que debe. Hoy toca hacer lo que se debe hacer. Vean el partido. El científico y escritor Alexander Hartdegen dice en la película “La máquina del tiempo” que a veces tenemos que aceptar lo que nos ocurre, y otras veces hay que luchar. Esta noche tienen que aceptar lo que les ocurre, y no luchar contra un partido digno de la atención de Homero. Pueden protestar, como protestó Sheldon en “Big Bang” cuando estaba a punto de perder el concurso de física ante el equipo formado por Leonard, Howard, Koothrappali y Leslie, pero no van conseguir nada. Silencio.

También pueden leer la “Divina Comedia” de Dante, ver el último capítulo de la segunda temporada de “V”, acompañar a Antonius en su partida de ajedrez contra la Muerte, disfrazarse de Borg, resolver crímenes con Jessica Fletcher, luchar con Máximo en el Coliseo, viajar al año 913.812 con Alexander y explicar a Sheldon qué es un sarcasmo. Pero todos creerán que lo hacen porque están demasiado nerviosos como para ver el partido en directo. Nadie les verá como militantes antifutboleros, sino como futboleros cobardes. ¿Merece la pena?

19/4/11

VIDA COJA DE PATOS COJOS


“Vida loca” ha resultado ser “Vida coja”. “Vida coja de patos cojos”. No de palomos cojos, -¡viva Wyoming y todo “El intermedio”!-, sino de los ánades que designan en el mundo anglosajón a los dirigentes que afrontan el período final de su mandato tras haber sido derrotados o haber anunciado su retirada. Zapatero es ahora un pato cojo. Lo fue Aznar tras anunciar que no repetiría mandato. Lo fue Bush durante los meses que transcurrieron desde su derrota ante Obama hasta el nombramiento de éste como presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

Propongo que también nos refiramos en el mundo de la televisión como “patos cojos” a las series que ya han sido canceladas por su baja audiencia pero a las que todavía les quedan algunos capítulos ya grabados por emitir. Si se acepta esta propuesta “Vida loca” sería la primera comedia nacional que sería considerada como un “pato cojo”. Los planes originales pasaban por rodar veintiséis episodios de la serie, pero tras la emisión de los ocho iniciales se decidió interrumpir el rodaje de la temporada cuando todavía quedan doce capítulos pendientes de saltar al aire. “Vida loca” ha sido una auténtica decepción: la amplia campaña de Telecinco insistiendo en la extrema calidad de la serie ya nos convenció a todos de que se avecinaba un pestiño calibre XXL, pero la verdad es que ni los más pesimistas pudimos imaginar la magnitud de la pifia.

Los presidentes “patos cojos” suelen terminar sus días según el calendario previsto y rodeados de un leve hálito de dignidad en la derrota. Le pasó a Aznar, le pasó a Bush, le va a terminar pasando a Zapatero. Las series “patos cojos”, especialmente si vivieron en Telecincolandia, tienen mucho peor pronóstico: cambios de días, horarios de madrugadas, emisones triples y cuádruples hasta agotar existencias. Y, sobre todo, mueren sin que le importe a nadie y sin abrir ningún debate sucesorio. El hueco de los patos cojos se limita a ser cubierto por viejos capítulos de viejas series, -“Rubalcaba”, “Aída”, la que sea-.

18/4/11

"CREMATORIO", LA REALIDAD Y LOS DIAMANTES


“Crematorio” es un diamante. Esto no es una metáfora con la que quiera expresar que la serie de Canal+ es excelente, es un auténtico lujo para nuestra televisión, brilla como una supernova en medio de tanta penumbra de ficción para adolescentes. “Crematorio”, por supuesto, es excelente, es un auténtico lujo para nuestra televisión, brilla como una supernova en medio de tanta penumbra de ficción para adolescentes; pero éstas son verdades tan obvias que sería un despilfarro dedicarles una columna. Comparo “Crematorio” con un diamante por su condición de ser el mineral de mayor dureza en la escala de Mohs. “Crematorio” es mil cosas, pero sobre todo es dura. Y cuando una serie es dura deja de ser todo lo demás.

Mohs ordenó los minerales de menor a mayor dureza tomando como criterio para que un mineral se considerara más duro que otro el hecho de que pudiera rayar al otro y no pudiera ser rayado por éste. “Crematorio” raya cualquier programa contra el que frote, y no puede ser rayado por ninguno. Si lo pasamos por encima de “El barco” le salen al navío ése grietas suficientes como para hundirlo en un corte publicitario. Si una arista de “Crematorio” recorre “España directo” la Comunidad Valenciana queda rajada en mil pedazos. Si “Crematorio” roza ligeramente a “Tienes 1 minuto”, “Tienes 1 minuto”, -¡el Dios de las Televisiones lo quiera!-, se deshace como el talco mental que Luján Argüelles tiene que echarse diariamente a su sentido de la vergüenza para aliviar las irritaciones que le provoca su nuevo programa.

“Crematorio” es un diamante. Y la única duda que nos angustia a sus entregados seguidores es si la serie es más o menos dura que la mismísima realidad que pretende reflejar. “Cuando eres poderoso dejas de ser todo lo demás”, dice su terrible y probablemente cierto eslogan. Eso es lo que necesito saber: si “Crematorio” y la realidad se frotan, ¿”Crematorio” raya a la realidad o la realidad raya a “Crematorio”? ¿Cuál de los dos es más duro? ¿Cuál ha dejado de ser todo lo demás?

17/4/11

LEY DE RICO

La proliferación de canales de televisión exige al espectador una rapidez creciente cambiando de cadena si quiere poder seguir haciendo en el mismo tiempo un barrido por todas las cadenas “a ver qué echan” antes de decidir qué es lo que va a ver. Este fenómeno se produce porque si la duración media de un programa es “n” minutos, y el telespectador llegara a tardar en hacer su “rueda de reconocimiento televisivo” (“m”) el mismo tiempo o más que dura un programa como media (de modo que “n ≥ m”), ocurriría que cuando el espectador terminara su rueda de reconocimiento y fuera a ver el programa elegido, este ya podría haber terminado. Y eso fastidia, claro que fastidia.

Así que, visto el constante aumento de la velocidad de la peña al cambiar de cadena, no nos queda otra que formular la “Ley de Rico”. Esta ley asegura que cada 18 meses se duplica la cantidad de cadenas que puede visitar un espectador haciendo zapping en el mismo tiempo y con el mismo coste energético. En los tiempos en que las teles tenían válvulas de vacío había que levantarse a cambiar de cadena y se tardaba muchísimo. Con el mando a distancia se empezó a ganar velocidad. Con la llegada de las privadas, las temáticas, las autonómicas, las locales, las temáticas y las tedeteras (que no dejan de aumentar) la velocidad aumenta de forma exponencial permitiendo que cada 18 meses se verifique la “Ley de Rico” y el mando a distancia eche humo.

Pero esta ley alcanzará sus límites en unos cinco o diez años debido a que la miniaturización de los circuitos neuronales empezará a producir fenómenos cuánticos en la bomba de sodio y potasio. Se prevé que para entonces se produzcan desajustes y haya espectadores que empiecen a tomarse en serio las monomanías de las cadenas tedeteras de ultraderecha. Y si la informática “Ley de Moore” propone la sustitución de la tecnología del silicio por nuevas tecnologías para poder seguir sobreviviendo, pues la televisiva “Ley de Rico” también. Hala.

16/4/11

TELEDIARIO MARAGATO

Tardaron en llegar los telediarios maragatos, pero por fin están aquí. Según iban iban apareciendo nuevas cadenas de televisión, la competencia entre los informativos se iba acentuando. Hasta ahora todos los intentos por diferenciarse consistieron fundamentalmente en introducir en el menú informativo más sucesos, noticias curiosas y crónica social. Ya saben: es que es lo que pide el público y blablabla. También alteraron las horas a las que abren el comedor (una hora, media hora o unos minutos antes de la hora de inicio del tradicional “Telediario” de TVE, la referencia a batir). Pero es ahora cuando, por primera vez, llegan los informativos maragatos.

Quien vaya a la comarca de la Maragatería (provincia de León) puede probar el cocido maragato. Fuera porque no querían comer al final la carne ya fría o fuera porque “De sobrar, que sobre la sopa”, el caso es que el cocido maragato se come en el orden inverso al habitual. Primero se sirven las carnes del cocido, variadas, abundantes y contundentes. Con eso hay quien considera que ya está alimentado. Pero luego llega el resto: las fuentes con los garbanzos, el repollo y las verduras, y, entonces, cuando uno no puede más, llega la sopa de fideos. Después no queda otra que dar un paseo por Castrillo de los Polvazares para ayudar a hacer la digestión.

Ahora por fin se puede comer el cocido maragato informándose maragatamente. En laSexta, a la una y media empiezan los deportes. Variados, abundantes y contundentes. Con eso hay quien considera que ya está informado. Pero luego, a las dos, llega el resto: nacional, internacional, casos de corrupción, la última alarma en Japón, y, entonces, cuando uno no puede más, llega la sopa de curiosidades. Cuando empiezan las noticias de las tres es mejor que te pillen por la calle dando un paseo

15/4/11

CHÚPATE ÉSA, LOCKE

¿Se han enterado? ¡Por fin se ha resuelto el acertijo de Molyneux, que llevaba 300 años sin respuesta! William Molyneux era un simpático medio fisiólogo irlandés que polemizaba con Locke acerca del conocimiento humano, y en una de las discusiones planteó un problema fascinante: "imaginemos una persona ciega de nacimiento que ha aprendido a identificar con el tacto un cubo y una esfera. Si esa persona comenzase a ver por primera vez y se le colocara ante ambos objetos, ¿podría saber sin tocarlos, únicamente por la imagen, cuál es el cubo y cuál la esfera?". Pues no. Investigadores del MIT, trabajando con niños indios ciegos de nacimiento que pudieron comenzar a ver gracias a la cirugía, se han encontrado con que estas personas no pueden adivinar si es una esfera o un cubo lo que están viendo hasta que no los tocan. Fascinante, insisto.

Y ahora a mí me ha dado por pensar: "imaginemos una persona ciega de nacimiento que lleva años escuchando en televisión a Jorge Javier Vázquez y a Eduardo Punset, a Ana Pastor y a Lidia Lozano, a Iñaki Gabilondo y a Jordi González. Si esa persona comenzase a ver por primera vez y le colocáramos ante distintas fotografías de las personalidades televisivas anteriormente mencionadas, ¿podría distinguir a simple vista cuál es cada uno de ellos?". A tenor de lo hallado por el MIT, parece claro que no. Esta persona vería la foto de Gabilondo y podrían pensar que es la persona a la que lleva años oyendo presentar "Sálvame"; vería a Lozano y se la imaginaría entrevistando a Ahmadineyad; podría creer que el presentador de "La Noria" tiene el pelo alborotado y aire despistado, mientras que el presentador de "Redes" tiene permanente cara de asco disimulado y suele mirar a la pantalla un poquito de lado.

Es díficil aceptar que un cubo y una esfera no puedan distinguirse a simple vista, pero es aún más duro negar que hay algo inherente en la imagen de Gabilondo que lo relacionada con la seriedad y algo inherente en la imagen de Jorge Javier que lo une a la basura. Pero Molyneux tenía razón. Chúpate ésa, Locke.

14/4/11

PACK (a.k.a. YOGUR DE PLÁTANO)

Andréu Buenafuente es un pack. Un pack indivisible. Se vende conjuntamente y no se pueden comprar las partes por separado. Como los packs de yogures de diferentes sabores que te meten dos yogures de plátano al lado de tus sabores favoritos. Buenafuente viene en un único recipiente y contiene (1) los mejores monólogos actuales, (2) secundarios de primera, antes el Follonero, ahora Berto, (3) una capacidad comunicativa inigualable y (4) las entrevistas más blandas, complacientes y poco agresivas de la historia de la televisión. O lo compras todo o lo dejas todo. El envase es transparente y no oculta su contenido. No se venden los componentes sueltos.

El otro día Buenafuente invitó a su programa a la ministra Sinde; la blogosfera y twitterworld ardieron indignados durante horas por la suavidad, la ñoñería y el peloteo con el que fue tratada. Se puede discutir si fue un acierto o un error invitar a la responsable de la ley Sinde, -mejor dicho, se puede discutir si fue un error grande o un error gigante-, pero, una vez invitada, nadie en su sano juicio podría esperar que nuestro amigo Andréu acorralase a la ministra con preguntas incisivas rollo Ana Pastor con Ahmadineyad. BFN podría haberse colocado un pañuelo en la cabeza y no se le hubiera movido ni un milímetro. Que nadie se engañe: si compras un pack de yogures de sabores tarde o temprano tendrás que comerte los de plátano.

Y es curioso, porque tengo la impresión de que la habilidad que convierte a Buenafuente en el mejor showman de España es la misma que le impediría ser agresivo en las entrevistas aunque tuviera enfrente al mismísimo Carlos Fabra. Al final, los ingredientes de los yogures de plátano no son tan diferentes de los demás, aunque a todos nos desagrade claramente su sabor. Andréu Buenafuente es un pack. Un pack indivisible. Y aunque no me gustó la charla que mantuvo con González-Sinde voy a seguir comprándolo a pesar de que algunas de sus entrevistas me sepan a yogur de plátano.

13/4/11

CREER PARA ENTENDER

En “La ruta del incienso” (Canal Viajar), la presentadora británica Kate Humble nos conduce desde Omán, Yemen y Arabia Saudí hasta Egipto, Jordania e Israel siguiendo la antigua ruta comercial del incienso. Es un viaje fascinante porque la palabra “ruta” y la palabra “incienso” ya son en sí mismas fascinantes, y porque los lugares que pisa la demasiado sonriente Kate son también fascinantes. Otra cosa es que “La ruta del incienso” consiga rascar un poquito la costra exótica que a veces nos impide ver qué hay debajo de los mercados de especias, del caos circulatorio de El Cairo y de la impresionante pirámide Keops. Kate Humble se queda en el exotismo sonriente, en los tópicos mal digeridos, en las pequeñas tribulaciones de una turista occidental y accidental y en la frivolidad más cutre.

Tras subir por la Gran Galería que conduce a la llamada “cámara del rey”, en la que se encuentra el sarcófago vacío, roto y sin tapa del faraón Keops, a Kate Humble y a su acompañante egipcia sólo se les ocurrió cantar una canción para aprovechar la asombrosa acústica de la sala. Uf. No sé si Kate se atrevería a probar la acústica de la capilla Sixtina o de Santa Sofía con la misma sonrisa con la que animaba a su acompañante a entonar una cancioncilla, o incluso con la misma alegría con la que aseguraba que no hay manera de entrar de forma elegante en el corazón de la pirámide de Keops (se suda mucho y hay que agacharse). Quizás Kate tenga el mismo problema que el gobierno de Berlusconi, que ha decidido poner el Coliseo en manos privadas. Diego della Valle, dueño de la empresa de zapatos Tod´s, se ha hecho con la exclusiva sobre la imagen mundial del Coliseo durante 15 años (prorrogables) a cambio de pagar 25 millones de euros, que es lo que cuesta la restauración del monumento romano. Un gran negocio. Para el dueño de la empresa de zapatos, por supuesto.


Kate Humble no entiende la pirámide de Keops y Silvio Berlusconi no entiende el Coliseo. No entienden porque no creen en el valor de la antigüedad. No aman ni a Egipto ni a Roma. Creer y amar para luego entender. Hay que empezar por ahí. Si no, terminaremos cantando en la pirámide de Keops y comprando zapatos en el Coliseo.

12/4/11

¡NO OS INDIGNÉIS!

Que si hay que indignarse, se indigna uno, pero indignarse por nada es tontería. En general nos sobran los motivos para indignarnos, que se lo pregunten a Stephane Hessel; y en particular nos sobran los motivos para indignarnos con Telecinco, que se lo pregunten a cualquiera. Pero indignarse por minucias como hace a la duquesa de Alba es correr tras nimiedades que no van a ningún lado.


La duquesa está indignada, ¿qué tendrá la duquesa? Pues, verán, los lamentos se escapan de su boca de… eh, de su boca porque Telecinco está siendo muy requetemala con ella en ese peñazo de miniserie que es “La Duquesa” dedicada a su ombligo y circunstancias. Se ve que Telecinco fue superbuena hace un año cuando emitió la primera parte de la miniserie, porque la duquesa no se quejó entonces. Pero la segunda parte, estrenada la semana pasada, es otra cosa: dijo cosas feas de su marido y ella responde indignada anunciando una demanda a Telecinco.

A ver, duquesa. Con su actitud sólo consigue promoción para Telecinco, que emite hoy martes el final de esta segunda parte de la miniserie. Debería haberse indignado usted cuando hubiera terminado, dejando así a Paolo Vasile sin promoción gratuita. Eso sí que le fastidiaría, porque una demanda más no menos le da lo mismo. La paga y la olvida. Hace un año, más de cuatro millones de personas vieron la primera parte de la miniserie. La semana pasada la vieron poco más de millón y medio. 45 millones pasamos de “La Duquesa” y, con perdón, de usted. Estas cosas pasan. Es que el año pasado usted era “Duquesa” y ahora es solo “duquesa”. Es que el año pasado no tuvo competencia y este año sufrió el simbólico ataque de “14 de abril. La República”. Y si su pública indignación sirve para subir la audiencia de Telecinco, permitirá que gane lo suficiente como para reírse de su demanda y las que vengan. ¡No os indignéis!: indignarse para nada, compréndalo duquesa, es tontería.

11/4/11

PLAGA DE CONEJOS

En el siglo XIX no había tele y la gente se aburría. A un lumbreras australiano que le gustaba la caza se le ocurrió llevar unas parejas de conejos de Europa, soltarlas para que procrearan como ellas saben hacer y luego divertirse pegándoles tiros a sus descendientes. No sé si vivió lo suficiente como para saber las consecuencias de su ocurrencia, pero en Australia llevan desde entonces intentando acabar con la plaga de conejos.

En 1995 había en la tele un solo programa de cotilleos que se llamaba “Corazón, corazón” y que solo veían las señoras mayores porque el resto de la gente se aburría viendo tanta reverencia y envaramiento al contar que no sé quién nos enseñaba su nueva casa. Era un programa inofensivo condenado a morir sin dejar descendencia. Entonces un lumbreras llamado Chapis empezó a copresentar “¡Qué me dices!” con Belinda Washington. Tres años después el programa desapareció, pero el mal ya estaba hecho. Se dijo que Chapis había muerto, pero no fue así: vive y presenció las consecuencias de su ocurrencia: en España llevamos desde entonces intentando acabar con la plaga de los cotilleos salidos de madre.

Hace un mes Chapis visitó “La noria”. Había sufrido un ictus (un marichalazo hubiera dicho Joaquín Sabina), se le veía hecho polvo, hablaba con dificultad, estaba en paro, se mostró agradecido a Telecinco y pidió una segunda oportunidad en el mundo de la tele. Le extrajeron unos puntos de audiencia y lo devolvieron al olvido. No supimos más de él. “La noria” sigue dando vueltas y Telecinco a lo suyo. El banquillo de los juguetes rotos está muy concurrido. Sirve para alimentar a los programas en los que trabajan y de los que viven las estrellas fugaces de hoy, juguetes rotos de mañana. Entonces esperarán su turno en el banquillo, pero nos costará sentir compasión por quienes tienen responsabilidad en esta plaga de conejos.

10/4/11

UN OBJETO QUE HABLA

Kristian Pielhoff en “Bricomanía” nos enseña a operar sobre objetos de nuestra vida doméstica para arreglar sus pequeñas imperfecciones, renovarlos para cambiar el aspecto de las habitaciones de nuestra casa, construir nosotros mismos muebles y enseres que manejamos a diario. Nos explica el mantenimiento de una chimenea, nos enseña a eliminar el óxido de las bicicletas o a cambiar la tapa del inodoro. Isasaweis, -ah, ¿aún no lo había comentado? esta columna va sobre el estreno de “El mundo de Isasaweis” en Antena 3 el pasado sábado justo antes de “Bricomanía”-, también conduce un programa en donde se dan consejos para el mantenimiento de objetos cotidianos, con la única diferencia de que el objeto que atrae toda la atención de Isasaweis es su propia cara. Kristian pinta, lija, aplica agua y jabón a una colchoneta pinchada para localizar el agujero por el que pierde aire. Isasaweis pinta, lija y también aplica agua y jabón, pero lo hace a su propia cara para eliminar puntos negros y tonificar la piel.

La vecindad temporal entre “Bricomanía” y “El mundo de Isasaweis” provoca efectos inesperados. Al principio del estreno de Antena 3 yo veo a una persona que me saluda y me habla sobre los trucos de belleza que nos va a mostrar durante la siguiente media hora. Pero a continuación veo la cara de Isasaweis con una hoja de papel de cocina empapada en agua de arroz; después se coloca un par de calcetines dentro del pelo para hacer un moño a su alrededor; luego, siempre con su cara en primer plano, comienza a pintarla, poniendo tal tono de tal color en el arco inferior de las cejas para dar gran profundidad a la mirada y difuminando tal producto con tal pincel en el párpado móvil para que el ojo gane expresividad. Y al final, la cara de Isasaweis se ha vuelto un objeto más, como el pasamanos que Kristian enseña a construir o los topes para la puerta de los armarios que Kristian enseña a colocar. Un objeto extraño. Que habla. Una cara que habla sobre ella misma. Como el androide que toma la apariencia de María en el “Metrópolis” de Fritz Lang.

9/4/11

VAYA MOTA DE POLVO



Durante años el pensamiento de que el ser humano era sólo una minuscula mota de polvo viviendo una minuscula fracción de tiempo en una esquina de un universo descomunalmente grande me producía un ligero vértigo de ansiedad existencial. Recuerdo exactamente el momento en el que esto cambió: era 2002 y esperaba para cruzar el semáforo que separa la Plaza de la Escandalera y el Teatro Campoamor en Oviedo cuando me di cuenta de la extraordinaria grandeza del ser humano, capaz de descubrir a su alrededor un universo tan inabarcablemente magnífico. Las dimensiones gigantescas del cosmos agigantaban ahora al ser humano que las conoce en vez de empequeñecerlo. En ese momento y en ese lugar entendí que la grandeza de lo que descubrimos ha de indicar la grandeza del descubridor. El objeto conocido nos habla del sujeto que lo conoce. Sólo somos una mota de polvo, pero esa mota de polvo es la que está construyendo detalladamente esa inmensidad ante la que nos sentimos minúsculos. Vaya mota de polvo.

Hoy es un día televisivamente feliz porque Canal+ estrena “Planeta Humano”, la última absoluta maravilla de la BBC acerca del animal más fascinante de todos: usted y yo pensando sobre las galaxias en un semáforo del centro de una pequeña ciudad. Es una especie animal capaz de pescar tiburones bajo el hielo del Ártico, capaz de cazar en la llanura mongola gracias a aves entrenadas, capaz de viajar a través de miles de kilómetros de túneles subterráneos construidos bajo las ciudades europeas. Pero cuando vea boquiabierto estos increíbles documentales en Canal+ cada sábado a las 20:00 no olvide que el mayor prodigio de la especie humana al que está asistiendo no tiene que ver con trenes o con tiburones. Más que sorprenderse por cómo un ser humano utiliza su ave de cetrería, sorpréndase por como un ser humano hace un documental sobre cómo un ser humano utiliza su ave de cetrería. Hombres haciendo un documental sobre hombres en una esquina del universo que los hombres hemos descubierto.

8/4/11

RUEGA POR NOSOTROS

El otro día se reunió Paolo Vasile, gran jefe, con Belén Esteban, heroína del pueblo (no princesa, casi opio). Y hay que joderse, en Telecinco no retransmitieron el encuentro. No hubo focos, no hubo micrófonos, no hubo contertulios en directo opinando sobre lo que decían, no hubo teléfono de aludidos para que llamara quien quisiera defenderse de lo que allí estaba pasando, no hubo aplausos del público coronando las intervenciones más demagógicas, no hubo polígrafos para determinar si decían la verdad o mentían, no hubo colaboradores gritando más que el otro, oye tú perdona, perdona tú oye, no estaba allí Ana Rosa Quintana metiendo la cámara por la úvula a alguna persona relacionada con un triste suceso que no sea ella, ni Jorge Javier Vázquez de director de pista en la casa de fieras, ni Jordi González apoyando a Belén Esteban y a su jefe, ni Mercedes Milá apoyando a Belén Esteban, a su jefe y a Jordi González, pero avergonzándose del trato que da su cadena a la familia Ubrique.

Ellos que lo retransmiten todo para que lo sepamos todo, que ya no saben a quién van a llevar al plató para que no perdamos detalle sobre los asuntos más inverosímiles, que hacen desfilar bajo los focos a los personajes más peregrinos, y, hay que joderse, justo dejan sin retransmitir lo que hubiera tenido cierto interés para saber de qué va todo esto, a qué están jugando entre ellos y a qué están jugando con nosotros.

Negociarían las condiciones de continuidad de Belén Esteban en la cadena, digo yo. Belén enamorada, Belén esposa, Belén embarazada, Belén madre, Belén separada, Belén traicionada, Belén operada, Belén Interviú, Belén engañada, Belén coraje, Belén indignada, Belén víctima, Belén amable, Belén admirable, Belén poderosa, Belén clemente, Belén fiel. Hay que preparar las nuevas advocaciones de la milagrosa heroína para la próxima temporada televisiva. Así Vasile puede seguir viviendo en su torre de marfil, casa de oro, arca de la alianza, puerta del cielo. Ruega por nosotros.

7/4/11

DETERMINISMO TELEVISIVO

El determinismo biológico cuenta con el apoyo de los cínicos argumentos de Aristóteles a favor de la esclavitud, los delirantes estudios de Cesare Lombroso sobre el “criminal innato” o los peligrosos estudios nazis sobre la existencia y superioridad de la raza aria. También cuenta con multitud de refranes en los que el pueblo llano condensa siglos de ignorancia en frases rotundas, evidentes y falsas (“El que nace barrigudo, tontería que lo fajen”, “La mujer y la gallina, en la cocina”, “No hay que luchar contra el destino, el que nace lechón muere cochino”).

Ya no defiende el determinismo biológico nadie en sus cabales (a ver, la ultraderecha tedetera puede decir lo que quiera, pero aquí hablamos de gente en sus cabales). De hecho hace mucho que sabemos que la tele es un poderoso agente socializador capaz de influir en la conducta de las personas. Pero, ojo, el supertertuliano Miguel Ángel Rodríguez, martillo de herejes, ha descubierto que esas personas no somos quienes vemos la tele (como creíamos), sino quienes la hacen.

M.A.R., exportavoz del Gobierno del PP y vigía de occidente, se defendió estos días en un juicio diciendo que si llamó nazi y dijo barbaridades del doctor Luis Montes en “59 segundos” y “La noria” la culpa es de la tele: fue solo “una provocación para el debate”, “este tipo de programa es una locura”, “nos piden que seamos vivos, locuaces, agresivos”, “los debates funcionan así (...) nos decimos lindezas”, “seguramente a los programas de televisión deberíamos ir más preparados, pero no es así. Tienes cinco debates a la semana y no te da tiempo”. A ver si lo entendimos bien: quienes hacen teleporquería a tumba abierta son pobres víctimas del sistema, y quienes la vemos somos masocas responsables del desaguisado. “El espectador de este tipo de programas ya sabe lo que va a ver”. Sí, lo entendimos bien: nosotros sabemos lo que vemos y él no sabe lo que dice.

6/4/11

UN GRANO DE ARENA

Quizás como calentamiento con vistas a la programación cinematográfica de Semana Santa, lugar natural de los clásicos del cine épico-religioso, las cadenas televisivas llevan unas semanas ofreciendo divertidos productos de serie B con excusa entre arqueológica, histórica y chiripitifláutica: “En busca de la lanza perdida” (Cuatro), “Jack Hunter y el tesoro perdido de Ugarit” (Neox), o mi favorita, “La maldición del desierto”, un batiburrillo cinéfilo-egipcio en el que un espíritu del antiguo Egipto hace de las suyas entre las ruinas de los decorados levantados por Cecil B. DeMille para el rodaje de “Los Diez Mandamientos”. ¿Las aventuras de Jack Hunter son un insulto a la arqueología? ¿Ver al librero Flynn Carsen buscando una poderosa lanza perdida es un escupitajo sobre la historia? ¿Pueden unos arqueólogos encontrarse con un espíritu egipcio entre los decorados de una película de DeMille? Calma. Es cine.

La frontera entre la historia y una película histórica salta a la vista tanto como el maquillaje de Berlusconi, pero con un poquito de trampa lógica las cosas no están tan claras. Según la paradoja planteada por Eubúlides, si a un montón de arena le quitamos un grano, seguirá siendo un montón, y también si le quitamos dos granos, tres, cuatro, cinco, seis... ¿Dónde hay que detenerse para que un montón de arena siga siendo un montón? La paradoja consiste en que un montón de arena seguiría siendo un montón de arena aunque sólo contuviera un grano, siempre que retiráramos los granos uno a uno. Si a la historia de Tutankamón le quitamos un granito, no pasa nada; pero si le quitamos otro, y otro, y otro, y otro, al final tenemos una película como “La maldición de Tutankamón”, con el arqueólogo Danny Freemont buscando la “tabla esmeralda” para salvar al mundo del mal, en colaboración con una versión alada del faraón Tutankamón. ¿Dónde está el límite? ¿En qué grano de arena debemos detenernos para no insultar a la arqueología o escupir sobre la historia?

Calma. Películas como “Jack Hunter en busca del tesoro perdido de Ugarit” sólo son divertidos granos de arena que no debemos confundir con la montaña de la historia. Es cine.

5/4/11

SOLUBILIDAD CRIMINAL

La solubilidad es la medida de la capacidad de una determinada sustancia para disolverse en otra, -como por ejemplo, la capacidad de la sal común para disolverse en agua o la capacidad de las series de policías de élite para disolverse en la programación de televisión-. En función de la temperatura, la presión u otras características químicas de la sustancia y el disolvente, los índices de solubilidad serán mayores o menores, y una vez superados éstos y alcanzado el nivel máximo de concentración, el soluto se precipitará al fondo de la disolución sin experimentar cambios en su estructura química. La sal común se acumulará en el vaso, y las series de policías de élite caerán al fondo de la audiencia sin ser capaces de mezclarse con ella.

La televisión actual ha alcanzado ya la concentración máxima de series de policías de élite que permite el equilibrio de fuerzas moleculares entre el disolvente y el soluto. Todos los “CSI” que en el mundo han sido, “Mentes criminales”, “Bones”, “Navy: Investigación criminal”, su spin-off “NCIS” y otros etcéteras, han convertido la mitad de la pantalla en un inmenso laboratorio sofisticado de análisis de pruebas criminales y la otra mitad en un escenario de persecuciones con helicópteros. La química es implacable: ya no hay huecos moleculares para “Chase”, la nueva serie que LaSexta estrenó el domingo. ¿Su tema? Casos policíacos de psicópatas a los que se enfrenta un equipo de policías de élite dirigidos por Annie Frost, compleja agente que aúna en ella su determinación implacable de perseguir el mal con una personalidad atormentada por terribles secretos de su pasado y de su familia. ¿Resultado? Directamente al fondo del vaso de disolución.

LaSexta publicitó “Chase” destacando la alta audiencia de su estreno en los EE.UU., pero ocultando que la NBC ya la ha cancelado sin esperar siquiera al final de su primera temporada. No tiene culpa la serie, sino la saturación de la televisión en la que pretende disolverse y la falta de conocimientos de química de los programadores.

4/4/11

JAPÓN

Pero, hombre, ¿a quién se le ha ocurrido que éste es el mejor momento para emitir en nuestro país “The Pacific”? ¿Es que nadie en Antena 3 se ha dado cuenta de la desafortunadísima inoportunidad que supone esta decisión? “The Pacific” es una serie bélica de la HBO brutalmente magnífica, rodada con una calidad nunca vista heredera de la inolvidable “Hermanos de sangre” y de la renovación del cine bélico que supuso “Salvar al soldado Ryan”. Su estreno en Estados Unidos tuvo lugar hace un año. La producción roza permanentemente la perfección; sería fácil entregarse a la trama argumental de “The Pacific” si no fuera por un detalle circunstancial en el que Antena 3 parece que no ha caído: la serie trata sobre la campaña que enfrentó a EE.UU. y Japón durante la Segunda Guerra Mundial contada desde el punto de vista norteamericano. Es decir, la serie narra las memorias de dos combatientes estadounidenses en el Océano Pacífico y su participación en batallas importantes como Iwo Jima o Okinawa contra el ejército japonés.

¿De verdad éste es el mejor momento para programar una serie hiperrealista llena de ataques contra japoneses, japoneses muertos y nobles valientes occidentales que consiguen tal grado disparando contra japoneses? Los medios de comunicación llevan semanas alabando de forma entusiasta al pueblo japonés por el espíritu de sacrificio desde el que han afrontado sus catástrofes sísmicas y nucleares; ese mismo espíritu es visto en “The Pacific” como un rasgo que convierte al ejército japonés en un enemigo especialmente diabólico y detestable. Se hace difícil entrar al juego de “nosotros y ellos”, de “buenos y malos”, que la serie ofrece cuando todavía gotean a diario nuevas imágenes de las inundaciones del agua negra y testimonios de la gloria de los héroes de Fukushima. Sabemos que los periodistas aprenden pronto a evitar que la realidad les estropee una noticia importante. No sabemos si los programadores de televisión aprenden a evitar que la realidad les estropee una buena serie de ficción histórica.

3/4/11

DECLARACIONES DE MOURINHO

Cuando se inventaron los informativos en televisión, se inventó la sección de deportes. Fue hace mucho tiempo y ya nadie se acuerda de aquello, pero dicen los historiadores que en la sección de deportes se hablaba de deportes, esas variadas formas de matar el aburrimiento de la élite que luego se popularizaron con la llegada de la sociedad del ocio, el fin de semana y el descubrimiento de que el ejercicio es bueno para la salud.

Pero en deportes se dejó de hablar de deportes y se empezó a hablar de la parte por el todo. El fútbol, una parte, acaparó el todo; y la sección de deportes quedó reducida a fútbol, aunque conservó su antiguo nombre.

Pero en deportes se dejó de hablar de fútbol y se empezó a hablar de la parte de la parte por el todo. El Real Madrid, una parte de la parte, acaparó el todo; y la sección de deportes quedó reducida al Real Madrid, aunque conservó su antiguo nombre.

Pero en deportes se dejó de hablar del Real Madrid y se empezó a hablar de la parte de la parte de la parte por el todo. Los fichajes, las figuras, las lesiones, los entrenamientos, el calendario y cualquier otra circunstancia del Real Madrid, una parte de la parte de la parte, acaparó el todo; y la sección de deportes quedó reducida a los fichajes, las figuras, las lesiones, los entrenamientos, el calendario y cualquier otra circunstancia del Real Madrid, aunque conservó su antiguo nombre.

Pero en deportes se dejó de hablar de todos esos cotilleos y se empezó a hablar de la parte de la parte de la parte de la parte por el todo. Las declaraciones del portuangloitaloespañol Mourinho sobre los fichajes, las figuras, las lesiones, los entrenamientos, el calendario o cualquier otra circunstancia del Real Madrid, una parte de la parte de la parte de la parte, acaparó el todo; y la sección de deportes quedó reducida a lo que tenemos ahora, que a la vista está, aunque conserva su antiguo nombre.

2/4/11

¡METE MIEDO!


Una ventaja añadida de los niños pobres es que no hay que pixelar sus caras

La ministra de Bienestar Social de Filipinas ha criticado al programa de canal TV5 “Willing Willie” (en el que se dan regalos a los participantes a cambio de que actúen en el escenario), por abusar y humillar a un niño de seis años de una familia pobre que, llorando, tuvo que imitar el baile y contoneos de una bailarina de striptease para ganar diez mil pesos (162 €). El público no paró de reír durante el espectáculo y el presentador, que hace cinco años fue noticia porque más de 70 personas murieron al producirse una estampida en la cola para participar en otro programa suyo, se mostró encantado: “Es obvio que lo hace a regañadientes, pero tiene que hacerlo por su familia”. ¿Qué llama la atención de esta noticia? Sírvase usted mismo la respuesta que le apetezca:

1. Que no diga los datos de audiencia que obtiene el programa para poder calcular cuánto tardaremos en disponer de una adaptación española del espacio.

2. Que esta innovación televisiva no se haya producido en alguno de los lugares habituales en los que la televisión nacional se inspira para copiar la programación que nos vende: Estados Unidos, el norte de Europa o Italia. Debemos abrir nuestras mentes y no esperar siempre lo peor de los mismos sitios.

3. Que la ministra de Bienestar Social se queje porque una innovadora iniciativa privada evite gastos sociales, permita bajar más los impuestos reduciendo un poco más la presencia del Estado totalitario en la sociedad, y, encima, saque pobres de las calles: menos pedigüeños molestando a los turistas y más artistas televisivos que aprenden desde niños la importancia de la fama y que la fama cuesta.

4. Que después de tantos años descendiendo a los más lúgubres abismos televisivos podamos comprobar que todavía hay quien nos lleva unos cuantos peldaños de ventaja.

5. Que justo un programa tan lamentable con un suceso tan deleznable se haya producido en una cadena que, vaya por Dios, se llama TV5. Será casualidad o será puntería, no lo sé, pero mete miedo.

1/4/11

RADIACIÓN GAMMA

Alguien debe detener la emisión esta noche de "Salvados" antes de que sea demasiado tarde. Antes de que tenga consecuencias que lamentaríamos para siempre. Hace falta que se dicte a toda prisa una orden judicial que impida ver hoy a Jordi Évole en LaSexta después de cenar. Hasta ahora "Salvados" se emitía la noche de los domingos y no había ningún problema. Pero desde esta semana, debido a una incomprensible decisión que no se justifica por ningún lado, los responsables de LaSexta han decidido cambiar el espacio para la noche de los viernes. ¿No se dan cuenta? "Salvados" es sin duda el mejor programa de entretenimiento de producción nacional que existe en la actualidad. Y "Sálvame", -también viernes noche en Telecinco-, es sin duda el peor programa de entretenimiento de producción nacional que existe en la actualidad. El programa más inteligente va a coincidir con el programa más imbécil. Hay que impedirlo.

El Gran Colisionador de Hadrones situado en el subsuelo de Ginebra está investigando los efectos que produce el choque de la materia con la antimateria. Sabemos que la colisión entre una partícula y su antipartícula provoca una fortísima emisión de fotones y de rayos gamma acompañada de una liberación de energía que es diez mil millones de veces superior a la producida en reacciones químicas. El Gran Colisionador estudia estas cuestiones con cantidades bajísimas de masa y bajo rigurosísimas medidas de seguridad, pero esta noche LaSexta va a hacer colisionar una hora entera de televisión contra una hora entera de antitelevisión delante de las jetas aturdidas de todos los telespectadores de España. Puede pasar cualquier cosa: saltarán por los aires todos los televisores, veremos el esqueleto de nuestro compañero de sofá debido a la radiación gamma, se formará un agujero negro en cada salita de estar. Évole y Vázquez puestos en contacto pueden hacer desaparecer el universo tal y como lo conocemos. Que Eduard Punset, Sheldon Cooper o José Miguel Contreras hagan algo para remediarlo.