10/2/16

SUPER BBC BOWL


Hubo un tiempo en que la BBC era un servicio público de televisión (también radio e internet) famoso por su independencia, la calidad de sus productos y haber parido genialidades como la serie “Yo, Claudio” y “Monty Python's Flying Circus”. Ahora la BBC es una manera de referirse a la famosa, cara y eficaz delantera del Real Madrid formada por Benzema, Bale y Cristiano. Pero, desde el pasado domingo, la BBC es también el trío de artistas que deslumbraron a la audiencia en el descanso de la Super Bowl y convirtieron la final entre Carolina Panthers y Denver Broncos en un largo “antes” y un triste “después” de la actuación de Bruno Mars, Beyoncé y Coldplay. Los intensísimos dos minutos y veintiún segundos que una Lady Gaga subida a los más desmesurados tacones que puedan ser pensados empleó en cantar el himno de los Estados Unidos de América ya nos advirtieron de que la Super Bowl es mucho más que un partido de fútbol americano. La BBC lo confirmó.

Supongo que los amantes del fútbol americano disfrutarían con la enorme victoria de los Broncos de Denver y la definitiva entrada en la leyenda de Peyton Manning, ese tipo que alcanzó la inmortalidad cuando estaba a punto de cumplir cuarenta años. Pero los que carecemos de sensibilidad, entendimiento y razón para pasar no sé cuántas horas delante del televisor viendo cómo unos señores que darían miedo al alienígena con mandíbulas cruciformes móviles que se enfrenta a Schwarzenegger en la película “Depredador” se atacan unos a otros, caímos rendidos ante la BBC. El Cyrano de Bergerac de Edmond Rostand dice que lo noble, lo hermoso, es batirse por nada. Para los que decidimos ver la cincuenta edición de la Super Bowl sin sentir nada, sin entender nada y sin razonar nada de lo que rodea a este deporte, lo noble y lo hermoso fue batirnos con el fútbol americano por nada, por unos minutos musicales en el descanso que no influyeron en el resultado final ni añadieron nada a las carreras de los depredadores por el terreno de juego. Fue noble y hermoso disfrutar con la BBC sin tener delante a la delantera del Real Madrid ni al tartamudo emperador Claudio. Si la próxima edición de la Super Bowl es un concierto interrumpido por un mini partido de fútbol americano, y no un partido de fútbol americano interrumpido por un mini concierto, no me perderé el espectáculo ni por una final de la Liga de Campeones. Un momento… ¿Qué he dicho?

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