1/2/12

PERDIDOS EN ÁFRICA

Como un psicólogo que va el Folies Bergère y mira a los espectadores, los amantes del fútbol que siguen la Copa Africana de Naciones (Eurosport) corren el riesgo de perderse el espectáculo del partido Gabón-Marruecos por culpa de la grada. Decía Pericles que los atenienses amaban lo bello sin ostentación, pero el público africano ama lo bello con la mayor ostentación posible, hasta el punto de que es difícil concentrarse en un partido de fútbol cuando en la grada se cachondean de Pericles.

Y, sin embargo, no sólo recomiendo a los futboleros que se den una vuelta por la Copa Africana de Naciones, sino que les pediría un esfuerzo para concentrarse en el espectáculo que ofrece el Folies Bergère, y no en los espectadores que llenan las gradas de color, música, alegría y africana ostentación. Acostumbrados al fútbol español, el fútbol africano nos puede parecer extravagante en su desorden táctico y apabullante derroche físico. Pero es una extravagancia significativa. Ni la selección de Botsuana ni la de Burkina Faso pondrían en apuros a un Barça o a un Madrid, pero es significativo que la extravagancia de su juego hipnotice a un espectador español acostumbrado a la belleza clásica de las diagonales de Messi o los pases de Özil. El fútbol africano no es primitivo, ni tampoco infantil o inmaduro, ni siquiera ingenuo. El fútbol africano es extravagante. Y es significativo que nos parezca extravagante.

La extravagancia africana no es la extravagancia del argumento de la serie “Alcatraz” (TNT), porque después de “Perdidos” ya no nos sorprende que presos de la prisión de Alcatraz desaparecidos hace 50 años reaparezcan de forma inexplicable para seguir cometiendo delitos. Necesitamos un “Perdidos” para el fútbol. Necesitamos un J.J. Abrams que nos dé un buen meneo. Necesitamos que alguien abra las ventanas para que entre aire fresco en el fútbol, viciado por culpa de tanto “clásico” y tantas ruedas de prensa de Mourinho. El fútbol africano puede ser nuestro “Perdidos” particular, y la extravagante y maravillosa selección de Gabón podría ser el J.J. Abrams del fútbol. ¿Saben por qué los futboleros españoles no entendemos muy bien la extravagancia de la Premier League? Porque es como ver “Alcatraz” sin haber visto antes “Perdidos”. Hagan la prueba.

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