27/8/08

NO PASA NADA

En "Life" los detectives de la policía de Los Angeles Charlie Crews y Dani Reese acuden a una gasolinera en donde se ha cometido un terrible crimen. Dos jóvenes árabes han sido asesinados y sus cuerpos se encuentran empotrados en las estanterías refrigeradas de refrescos junto a una pintada que dice "Marchaos a casa". No pasa nada. A la mañana siguiente Manuel Torre Iglesias realiza su "Saber vivir" de cada día, esta vez dedicado a las digestiones lentas y pesadas del verano, y la televisión vuelve a equilibrarse. Sánchez-Dragó polemiza en "La noria" con Enric Sopena y Maria Antonia Iglesias acerca de un artículo publicado en la página 2 de un importante periódico nacional, que le ofreció ese espacio para que informara al mundo entero acerca de lo que le excita y lo que no le excita de las mujeres. No pasa nada. Pocos días después el doctor Luis Gutiérrez, explica en "Saber vivir" los efectos de la ansiedad y el estrés sobre el sistema digestivo, y de nuevo se demuestra que la televisión sí tiene razón de ser. José Gómez, participante en la segunda ronda de "Mujeres y hombres y viceversa" declara: "El otro día vi aparecer a Anita y es que el corazón me dio un vuelco". Después, para reforzar el mensaje que quiere transmitir y aclarar que el vuelco no fue parcial añade: "Fue verla aparecer y me dio un vuelco total". No pasa nada. En menos de veinticuatro horas los colaboradores de Manuel Torre Iglesias en "Saber vivir" resuelve una duda a una oyente acerca de su vitíligo, y una vez más los enemigos de la televisión tienen que cerrar la boca.

Llegó "Gran Hermano" y "Saber vivir" estaba allí. Llegó "House" y "Saber vivir" estaba allí. Pasó Urdaci por los informativos de TVE y "Saber vivir" estaba allí. Nació "Aquí hay tomate" y "Saber vivir" estaba allí. Murió "Aquí hay tomate" y "Saber vivir" estaba allí. Pasan los eones revolucionando cada quince días el medio y el mejor programa de la televisión pública sigue calmando los ánimos y justificando que haya una pantalla rectangular en la salita de cada casa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tantos años en antena demuestra que este programa lo siguen viendo la gente, ahí que decir que son todos mayores de 60 los que lo ven pero cabe la pena nombrarlo.Habla de cosas saludables de la vida pero el horario que tiene es un poco jorobado para que lo vean las personas que de verdad lo necesitan o que tienen un problema y no tienes tiempo de ir a un especialista.
Para mi este programa es soporífero, pero si sirve para ayudar a personas y no para hablar de que Einstein le cayo la manzana y empezó a hablar de cosas de dioses,pues por mi perfecto.Un consejo para la cadena ya que tenéis un buen share en este tiempo porque no lo ponéis un poco mas tarde para que lo vean mas personas que de verdad lo necesitan
Saludos Antonio,Tomas tienes mas de 60?

Javier Chacón dijo...

Sí, también estaba "Saber vivir" ahí cuando llevaron a su programa a un médico que se las daba de pronosticar la edad de fallecimiento a base de sumas y restas de cifras elegidas al azar. ¿Que fumas? Pues menos dos. ¿Bebes?, pues menos una. ¿No caminas nada? Menos tres.

Finalmente, le pronosticaron a ese hombre que moriría en dos años. Pero como le cayó bien al medicucho, le dijo: "venga, por ser tú, te regalo 10 años".

Montones de personas estudian cada día a base de complejos análisis matemáticos cosas como la esperanza de vida, las posibilidades de infarto u otras. Pero "Saber Vivir" estaba ahí para decirnos que sumando y restando al azar se acaba antes. "House" al menos, es un programa de ficción que se sabe ficción.

De todas formas, supongamos que una metedura de pata propia de pseudoprograma de tarde no destroza años y años de experiencia y buen hacer.

Erosè dijo...

Joer, saber Vivir estará ahí para los restos...


Y los telediarios también, que , por cierto, se están poniendo las botas con todos los percances de aviones que hay en todo el mundo, porque claro, ahora los aviones están todos pochos ¿no?

Que los mire el de saber Vivir... que dice que sabe un montón.

Anónimo dijo...

Estos junto con Txumari Alfaro, en un saco al fondo del mar.