1/10/09

TIENES RAZÓN, BELÉN



Por una vez, -qué rabia me da-, tengo que darte la razón, Belén Esteban: no tienen sentido que el Defensor del Menor fisgue en los usos indirectos que haces de la pixelable Andreíta en tu calidad de cyborgmaruja y luego mire para otro lado cuando se estrenan nuevas temporadas de horrores como "Tú sí qué vales", en donde se hacen usos directos humillantes de niños y preadolescentes bajo la mirada oxidada de sus padres o tutores. Di que sí, Belén: a lo mejor tú te has sacado unos durillos largando la vida de tu hija y sus elásticas relaciones con los miembros y miembrastros de su familia, pero eso es agüita comparado con el mal trato infringido a ese chavalín al que quién sabe qué adulto de pegajosas intenciones convenció o consintió para que apareciera en el escenario del "Tú sí que vales" haciendo algo que llamó "bailar" ante el 18,4% de España. Y después salió otro crío con su padre blandiendo un hacha y despedazando un tronco. Y luego una niña, -"qué mona, qué mona, por favor"-, cantando una canción de amor. No nos consta que el Protector de Defensor del Menor haya abierto ningún tipo de expediente.

Y debería haberlo hecho, porque lo menos que se puede exigir a coñazos como el perpetrado por Llácer y Galera es que si utilizan a menores para hacer caja tengan la mínima decencia de difuminar, pixelar o emborronar sus caras durante las actuaciones para proteger su intimidad. ¿A que sí, Belén? ¿No obligan a todo el mundo a que tu Andreíta tenga siempre por cabeza una nubecita gris cada vez que aparece fotografiada en un medio público? ¿Acaso no hay tecnología actualmente capaz de oscurecer una cara que se mueve en un programa en diferido? ¿No hubiera sido más digno no poder reconocer el rostro de la niña, -"qué mona, qué mona, por favor"-, que cantaba o del aizcolari junior? ¿Por qué el Cuidador del Protector del Defensor del Menor no exigió que se pixelase la cabeza del doceañero que intentó bailar y, -ya puestos-, a continuación le abrió un expediente a su padre? Yo tampoco lo entiendo, Belén.

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