14/7/13

FREUD HUBIERA CHUPADO SU PURO

El semen de Amador venció a los huesos de los niños asesinados en Córdoba. En sus primeras obras, Sigmund Freud sostuvo una concepción del psiquismo humano dominada por los flujos y los avatares de Eros. Sería el instinto de reproducción, el amor, el sexo, la pulsión por la vida -todos ellos sinónimos-, lo que estaría, más o menos elaborado, detrás de todo el comportamiento humano, tanto de la conducta normal -si es que existiera- como de las pasiones más atormentadas y dolorosas. Sin embargo, a medida que se iba hundiendo en sus propios laberintos teóricos -y a medida que Europa y él avanzaban conjuntamente hacia el desastre-, Freud fue dando un puesto creciente en sus planteamientos a un instinto contrario, relativo a la aniquilación y la muerte, a la lucha contra la existencia. Aunque en ninguna de sus obras aparece el término, esta pulsión de destrucción se ha incorporado al psicoanálisis como “thanatos”, en referencia al hijo de la Noche y gemelo del Sueño en la mitología griega. Contra el primer Freud pansexualista y libidinoso, el último Freud entendía que la destrucción podría terminar venciendo al amor o que, al menos, la vida y la muerte podrían ser dos manifestaciones de la única pasión que existe.

La noche del viernes, la televisión española realizó aportaciones de interés a esta vieja polémica psicoanalítica. Eros: Telecinco ofreció un “Deluxe” cuyo apogeo se alcanzó cuando Raquel Moragues se refirió al sabor del semen de Amador Mohedano y a cómo aquél iba variando según lo que ese día hubiera comido el extravertido. Thánatos: Antena 3 modificó su prime time para  volver a dedicarse una vez más al horror del caso Bretón; como siempre, nada nuevo; como siempre, vértebras y dientes calcinados de niños de 2 y 6 años; como siempre, el espanto de una madre golpeada por la monstruosidad de la bestialidad humana. Resultado: “Deluxe”, 17.1%; “Espejo Público”, 10%. Eros venció a Thánatos, o, por lo menos, la hez de Eros de Terelu Campos venció a la carroña de Thánatos de Susanna Griso. Freud hubiera chupado su puro.

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