6/4/14

¿PODEMOS?

Ha nacido el primer programa de televisión que es un partido político. Mejor dicho, ha nacido el primer partido político que es un programa de televisión. Tiempo atrás los partidos políticos era asociaciones de ciudadanos que compartían una ideología política común, y su nombre reflejaba dicha ideología -el Partido Comunista de España, el Partido Socialista francés, el Partido Conservador británico-. Ahora el nombre es un eslogan publicitario emocionalmente potente y carente de contenido político. La ideología se sustituye por la idiología. Pura televisión. Acaban de celebrar sus primarias, pero no mediante un voto directo realizado en persona, sino mediante una participación a través de Movistar, Vodafone u Orange. ¿“Un hombre, un voto”? No, “un contrato con una operadora privada de telefonía móvil, un voto”. Como se vota para “Tu cara me suena” o para “La Voz Kids”. Pura televisión.

Y no hace falta que los miembros de este partido estén ideológicamente próximos. Es increíble, pero lo proclaman constantemente sus promotores. Sólo es necesario compartir una actitud emocional, un cierto rollito. Como lo que une a los seguidores de “Juego de tronos”. Si clásicamente el representante público representaba a los votantes que compartían sus ideas, ahora el representante no tiene ideas propias y defiende lo que digan sus heterogéneas bases, sean hoy propuestas nacionalistas y mañana internacionalistas, individualistas o socialistas, materialistas o idealistas, esté él de acuerdo con ellas o no. Es un mercenario de la audiencia, perdón, de la acción política. Decide los contenidos de su actividad como María Teresa Campos o Pablo Motos, y la justifica en similares términos estrictamente demagógicos. Pura televisión.

La lógica televisiva llevaba mucho tiempo infiltrada en la política, pero sólo ahora la televisión comercial se materializa físicamente en un partido político. Me queda una duda: ¿está permitido votar en las elecciones desde casa con el mando a distancia? ¿Podemos?

11 comentarios:

Alberto Secades dijo...

Podían hacer el partido de los Pablos. Propongo a Álvarez Meana, con un definido marketing de marca personal.

https://www.youtube.com/watch?v=gZizOCwYqCc

Amarok dijo...

Pienso que es preferible tener este tipo de partidos antes que los tradicionales, al menos serán mucho más democráticos que estos últimos: el representante debería actuar según lo que desee la gente que le ha votado, no creerse con la legitimidad para hacer lo que quiera porque haya conseguido un buen puñado de papeletas; otra cosa es que el electorado tome buenas decisiones.

Centrándome ya en "Podemos"... pues espero que no puedan, porque entre su círculo de psicoanalistas y su cercanía al movimiento antivacunas me parecen un peligro potencial para la salud pública.

Antonio Rico dijo...

Pero no tiene sentido que el partido no tenga ideología. Es razonable que el representante represente a sus bases, y así actúe como sus bases voten dentro de las variantes del comunismo -si es un partido comunista-, de la democracia cristiana -si es un partido demócrata cristiano-, del liberalismo -si es un partido liberal-, del nacionalismo, del socialismo, del fascismo, de lo que sea. Pero no tiene ni pies ni cabeza que el partido de entrada no tenga ninguna ideología y pueda acoger igual a cualquiera con tal de que quieran "renovar la democracia", "devolver el poder al pueblo", "cambiar el sistema y tomar las riendas de la acción política" y otras frases completamente huecas que no significan absolutamente nada.

Y ya sabía lo del círculo psicoanalítico lacaniano que han formado. Y lo de la conspiración antivacunas. Pufff... como rasques un poco en lo que creen... Vaya miedito. Eso sí, miedito alternativo.

Amarok dijo...

Quizá sean precisamente las ideologías uno de los grandes problemas del sistema actual. ¿Por qué un votante tiene que aceptar por completo el bloque ideológico que un partido le propone? ¿No sería mejor que pudiera tener una opinión específica para cada tema en particular en lugar de tener que seguir siempre la línea marcada por el grupo con el que tiene una mayor afinidad? Ningún votante (o casi ninguno) está 100% de acuerdo con el programa del partido que escoge, por lo tanto es inevitable que con su voto esté autorizando a los políticos a actuar en algunos casos en contra de lo que ese individuo haría en tales situaciones.

En la idea que yo tengo en mente sobre la democracia (que tal vez sea muy utópica y bastante influenciada por la ciencia ficción) los políticos deberían dejar de ser los que diseñasen los únicos caminos por los que se puede transitar y convertirse en simples representantes (o realizadores también sería un término adecuado) de la voluntad del pueblo, aunque no la compartan a nivel personal. Es decir, opino que se debe tender hacia la democracia directa, donde la existencia de agrupaciones políticas llegaría a ser innecesaria, pues la ciudadanía podría tomar las decisiones por su cuenta sin verse obligada a recurrir a intermediarios que puedan cumplir o no sus promesas electorales. Por supuesto, este método posee unas cuantas dificultades: por ejemplo, exige un cambio importante en la sociedad, no tanto a nivel tecnológico (porque ya se podría empezar a implementar) como a nivel de preparación e implicación de los ciudadanos. Y estos nuevos partidos o plataformas como "Podemos" o el "Partido X" son un pequeño paso en la dirección que he expuesto (a pesar de que vengan con algunos fallos como los que he mencionado en el comentario anterior).

Guti dijo...

¿Por qué un votante tiene que aceptar por completo el bloque ideológico que un partido le propone? ¿No sería mejor que pudiera tener una opinión específica para cada tema en particular en lugar de tener que seguir siempre la línea marcada por el grupo con el que tiene una mayor afinidad? Ningún votante (o casi ninguno) está 100% de acuerdo con el programa del partido que escoge, por lo tanto es inevitable que con su voto esté autorizando a los políticos a actuar en algunos casos en contra de lo que ese individuo haría en tales situaciones.

Lo cual, evidentemente, ocurrirá exactamente de la misma forma, una y otra vez, en un "partido X" como el que propones.

Antonio Rico dijo...

Con todos los matices y los pragmatismos que tejen y destejen la acción política, en principio las ideologías son sistemas coherentes, que derivan lógicamente de ciertas posturas económicas, éticas, e incluso filosóficas y antropológicas. No son un conjunto caprichoso de microposturas sueltas. Existen cinco, seis, pocas más, y tú y yo no vamos a inventar una nueva tomando un café en un bar. Por eso se me hace raro estar de acuerdo en algunas cosas en una ideología y en otras cosas en otra ideología.
No sé... a lo mejor estoy pecando de ser tener una visión demasiado abstracta y conceptual de estas cuestiones. Gracias, en cualquier caso, por los comentarios.

Xesco dijo...

Hasta cuando durara esta broma de Podemos. Caviamos de canal y punto.

Amarok dijo...

Las ideologías pueden tener su utilidad para marcar una pauta general de pensamiento y comportamiento o para identificarse ante grupos amplios de personas. Pero no dejan de ser una forma simple de enfrentarse a un ámbito muy complejo: la organización de la vida en sociedad. Y acaban fallando cuando se va a los detalles y cuando ante una circunstancia no está claro qué decisión se enmarca en una ideología y cuál en otra (y sobre todo cuando, como ya hemos visto en muchas ocasiones, los partidos contradicen sus propias posturas y acaban utilizando su programa electoral como si fuera papel higiénico). A veces los límites son demasiado difusos y es en esos casos donde creo que cada ciudadano debería contar con la posibilidad de dejar constancia de su opinión y no simplemente verse obligado a tragar con lo que quiera el grupo político al que ha votado hace unos días, unos meses o quizás un par de años. Al final las ideologías no sirven para saber qué quiere exactamente una persona para su pueblo o país.

Guti, por eso lo que yo propongo no es quedarse con esa clase de partidos, sino avanzar hacia el momento en que se pueda prescindir de todos ellos. Entonces, el votante no se podrá sentir decepcionado porque el partido al que él ha apoyado actúe de una forma diferente a la que él preveía; como mucho la decepción vendrá porque su opción no sea la mayoritaria y el resto de la sociedad haya considerado más conveniente otra de las alternativas.

Anónimo dijo...

¿partidos posmodernistas?

Francisconixon dijo...

La democracia no ha existido nunca, ni existirá, el único régimen que en el mundo ha habido es la oligarquía, legitimada por Dios o por las urnas, por una mera cuestión de costes de gestión y la ley de los grandes números.

Esto supone que siempre ha habido unos grupos que se han impuesto a otros a la hora de imponer sus programas para el resto de la sociedad (en beneficio del grupo, claro).

Tener ideología es al menos poner las cartas sobre la mesa. Carecer de ideología es lo típico del fascismo: el poder por el poder.

Anónimo dijo...

Tele tele tele... todo queda en casa: https://www.youtube.com/watch?v=ahB04TweFjA