
Manejáis con destreza todo tipo de armas blancas. Dais sorprendentes saltos acrobáticos por el aire. Convertís cada apéndice de vuestro cuerpo en un arma implacable para golpear a vuestro enemigo. Habéis cumplido muy satisfactoriamente vuestra parte en la tarea de hacer de la segunda temporada de “Daredevil” una nueva gozada del primer al último capítulo para mayor gloria de Marvel, Netflix y la ciudad de Nueva York. Incluso no se puede negar que vuestra afición a llevar palizas en serie y no en paralelo ha permitido el rodaje de alguno de los planos secuencia de acción más fascinantes jamás visto en televisión. Pero no hace falta ser Sun Tzu para adivinar que a vuestro sensei se le olvidó enseñaros algo que ya saben los niños en primaria: si se trata de dar palos a alguien entre todos, es mejor que todos se los den a la vez.
Hacedme caso y al pobre Matt Murdock le quedará menos esperanza de vida que a un enemigo de The Punisher. La tercera temporada de “Daredevil” durará quince minutos y entonces sí que os tendréis que enfrentar a un enemigo poderoso: la legión de seguidores del Diablo de la Cocina del Infierno exigiendo nuestra ración de Marvel, Netflix y la ciudad de Nueva York. Os lo advierto: nosotros sí atacaremos todos a la vez.
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