4/3/18

NO PODEMOS IRNOS

Hay que distinguir entre lo que nos gusta porque se ajusta a nosotros y lo que nos gusta porque nosotros nos ajustamos a ello. El primer caso es el habitual que nos ocurre con libros o canciones. Pero el segundo es el decisivo, y se refiere a esas obras que conocimos siendo jóvenes, entraron con fuerza propia sin que las llamásemos e impusieron su nuevo espacio con una capacidad de convicción ante la que sólo cupo entregarse. No se limitaron a gustarnos, sino que decidieron qué nos iba a gustar en el futuro. En el primer caso, una película nos gusta a nosotros. En el segundo -permítaseme decirlo así-, nosotros le gustamos a la película.

“Un lugar en el mundo” –“Historia de nuestro cine”, La 2, el pasado miércoles, los dioses bendigan este programa- cambió mi vida. No tanto porque me gustara, sino porque yo le gusté a ella. No tanto por su contenido concreto, sino por el contenido de los cientos de películas que elegí ver gracias a que “Un lugar en el mundo” había formado antes mis gustos. “La estrategia del caracol”, “El secreto de sus ojos” -¡la pusieron al día siguiente también en “Historia de nuestro cine”!-, “Guantanamera”. Pero estas tres películas sólo encajaron en unas preferencias que yo ya tenía desde antes. Concretamente, desde que vi “Un lugar en el mundo” en 1992.

“No puedo irme. Cuando uno encuentra su lugar no puede irse”, le dice en su despedida Federico Luppi a su hijo. A veces los lugares no son localizaciones físicas. Pueden ser recuerdos o películas, y vivimos en ellos tanto o más de lo que lo hacemos en nuestra ciudad. Cada vez que los revisamos nos reconocemos ahí como el que ve una foto antigua de sí mismo y se conmueve descubriendo una cierta coherencia desde aquellos orígenes hasta ahora. Total, sólo somos animales en busca de coherencia y significado. Seguimos siendo lo que fuimos, y lo que hacemos es la continuación de cómo nos hicieron. Podemos escoger el arte que nos gusta, pero no el arte al que gustamos. Y cuando uno lo encuentra no puede irse. No podemos irnos.

1 comentario:

María Jesús dijo...

Guau,gracias!
Nudo en el lagrimal, en la boca del estómago, en...
Solo se me ocurre comentar cómo espero que las generaciones jóvenes (y no) descubran "esto" en la llamada "cultura"
Un abrazo