9/4/08

BEN-HUR COSE BALONES

Sabemos más de las condiciones de vida de los remeros en un barco romano en el siglo I que de las condiciones de trabajo que soportan los trabajadores del llamado Tercer Mundo. Y es que los remeros de la antigua Roma tenían a Judá Ben-Hur, pero los trabajadores asiáticos que cosen nuestros balones de fútbol no tienen a Charlton Heston. Y, con todo, la idea de que en las naves romanas todos los remeros eran esclavos sometidos a unas condiciones infrahumanas y siempre bajo la amenaza del látigo es errónea: no debemos confundir las naves del mundo clásico con las galeras medievales y renacentistas, aunque tanto unas como otras se podían oler antes que ver. En los tenebrosos talleres de los que salen muchos de nuestros balones de fútbol y parte de nuestra ropa no trabajan sólo esclavos sometidos a unas condiciones infrahumanas y siempre bajo la amenaza del látigo, pero esos talleres también pueden olerse antes que verse.

Ya. Pero nadie quiere ser galeote en una nave romana (aunque no sea un esclavo) ni trabajador en un taller del Tercer Mundo (aunque ya no haya látigos). Charlton Heston se ha muerto sin poder interpretar a un niño pakistaní que cose a mano un balón de fútbol a cambio de un sueldo miserable. Todos los telediarios informaron de la muerte de Charlton Heston, y siempre pudimos ver una escena de “Ben-Hur”. En la muerte de Heston, sería estupendo que le recordáramos por los papeles que nunca interpretó. Sería estupendo que en el momento del triste adiós a Heston, dedicáramos un minuto a pensar en los pobres galeotes romanos y cinco minutos a pensar en los modernos galeotes. Sería estupendo imaginar a Judá Ben-Hur cosiendo balones.

Hay un mundo más allá de “Fama ¡a bailar!” y del “chiki-chiki”, pero no tiene héroes que lo interpreten. Como homenaje a Charlton Heston, propongo que veamos “Ben-Hur” intentando comprender el pasado por el presente, y no al revés. Si en vez de remos vemos balones cosidos a mano, puede que veamos también ese otro mundo del que sólo tenemos noticia por su olor.

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