14/4/08

Y LA NAVE VA

Fabula Italo Calvino, que cuando Marco Polo describió un puente piedra a piedra, Kublai Kan quiso saber qué piedra lo sostenía. Le explicó que no lo hacía ninguna en concreto, sino la línea del arco formado. Entonces, ¿por qué prestar atención a las piedras cuando sólo importa el arco? Porque sin piedras no hay arco. Cualquiera diría que es así, pero encendemos la tele y todo el mundo dice que no lo es.

Hablar de uno mismo en tercera persona no es sólo una estúpida costumbre de Belén Esteban o Aída “Laengreída” Nizar. Pero a ellas se les nota más porque siempre están diciendo de sí mismas que si Belén Esteban piensa esto o que si Aída Nizar opina lo otro. Ponen la piedra y el arco en sitios diferentes. En los programas esotéricos tipo “Cuarto milenio” hacen lo mismo: cuentan que uno puede separarse de su cuerpo y dejarlo atrás para darse una vuelta por ahí. La piedra, dicen los testimonios, se queda tumbada en la cama rodeada de médicos y familiares llorosos mientras el arco observa la escena desde arriba, atraviesa un túnel con mucha luz y regresa habiendo perdido el miedo a la muerte.

Pero también pasa esto en los mejores programas de divulgación científica. Los martes por la tarde canal Odisea emite “No mueras joven”, una serie que nos enseña a cuidar nuestro cuerpo como si él se tratara de una cosa (extensa) y nosotros de otra (pensante), como si pudiera ponerse en un lado la piedra y en otro el arco, como si el cuerpo fuera un barco en el que viajamos como capitanes al mando (“Los pulmones, el corazón, los riñones… componen una máquina sorprendente que trabaja sin descanso las 24 horas del día para mantenernos con vida”).

Descartes hizo dos montones tras soñar un encuentro con el agente Smith en Matrix, pero hay sólo uno. Nuestro cuerpo, las piedras, el barco, somos nosotros. No somos capitanes en el puente de mando y, sin embargo, la nave va.

1 comentario:

Holly Golightly dijo...

Ya sé que Epicuro no decía eso.
Él decía algo así como que había que evaluar el placer para saber si luego iba a suponer un dolor mayor... algo así, ¿no?