3/1/13

IMANOL ARIAS EN GOTHAM


Aparte de que el dinosaurio todavía estuviera ahí, cuando desperté la mañana del día 2 los recuerdos de las últimas horas sólo podían entreverse bajo una espesa capa de niebla y remordimientos. Remordimientos vaya usted a saber por qué y niebla por la improcedente cantidad de sueño, hidratos de carbono, alcohol y abrazos que se habían desordenado durante el último y el primer día del año. Confirmé que La 1 había liderado las audiencias de las campanadas de Nochevieja y de la noche de Año Nuevo gracias a la pareja Igartiburu-Arias y a la estupenda “El caballero oscuro”. Pero, extrañamente, lo que yo recordaba era al Joker parloteando como un teleñeco al lado de Anne desde la Puerta del Sol y a Imanol Arias escapando de Batman sacando la cabeza por la ventanilla de un coche. No era la primera vez que mezclaba contenidos televisivos como daño colateral por excesos festivonutricionales, -esta Nochebuena y Navidad, sin ir más lejos, hubiera jurado que fue Benedicto XVI el que dirigió el mensaje desde la Zarzuela y Juan Carlos I el que impartió la bendición urbi et orbi, también llamada “all around the world”-, pero sí era una novedad no estar seguro de si los estaba mezclando o no.

Tenía que haber algo más que explicara este intercambio, y la teobromina del colacao del desayuno me otorgó el lapso de lucidez que necesitaba. La retransmisión de las campanadas es un clásico festivo políticamente correcto, y pocas cosas son ya tan conservadoras, standards e integradas en el mainstream que la psicopatía cartoonesca del Joker de Heath Ledger. Por otro lado, “El caballero oscuro” es una película de miedo, y el Imanol Arias que iba debajo de su peinado ya ha ingresado en la imaginería del terror contemporáneo, al lado de la niña de “El exorcista” girando también urbi et orbi su cabeza o Esperanza Aguirre visitando a Carromero en la cárcel. No fui yo el único que cometió excesos en Nochevieja. Algo muy raro tuvo que tomar La 1 para retransmitir las campanadas de Fin de Año desde Gotham y emitir al día siguiente “El caballero peinado”.

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