
Al parecer el guión y el ritmo del episodio es estremecedor. Una serie de éxito sufre un colapso de audiencia e ingresa en el Princeton Plainsboro Hospital. El equipo se reúne para realizar el diagnóstico diferencial. En un primer momento parece que la serie sufre de falta de complejidad en las relaciones entre los protagonistas, y se le receta un suplemento de amoríos entre Foreman y Trece, entre Chase y Cameron, entre House y Cuddy. Parece que el show mejora, pero justo cuando se le va a dar el alta comienza a sangrar por todos sus agujeros. Los médicos discuten: ¿es lupus provocado por la falta de Cameron y Cuddy? ¿es síndrome paraneoplásico debido a la exacerbación maligna de los rasgos de personalidad de House? Los diversos tratamientos no parecen dar resultado... hasta que una intuición certera del jefe da exactamente en el clavo: la serie sufre agotamiento terminal por haber descuidado los casos individuales de cada capítulo a favor de ridículas tramas personales de los protagonistas. Los tratamientos previos empeoraron el problema en vez de mejorarlo. Todos corren a la habitación en donde agoniza la serie, pero ya es tarde para salvarle la vida. “House” muere finalmente en brazos de House y el capítulo termina con una secuencia en negro que dura el doble de la que cerró “Los Soprano”.
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