El creador de la 
serie “Tyrant” (Fox) es Gideon Raff, uno de los cerebros que está detrás de 
“Homeland”. Vale. En el “Álbum blanco” de los Beatles conviven “Revolution #9” y 
“Ob-la-di-ob-la-da”, y Ridley Scott es capaz de dirigir maravillas como “Blade 
Runner” y de firmar esa cosa titulada “La teniente O´Neil”. ¿”Tyrant” es el 
“Ob-la-di-ob-la-da” de Gideon Raff? Ya quisiera “Tyrant”. ¿Tyrant es “La 
teniente O´Neil” de Gideon Raff? Ya quisiera “La teniente O´Neil”.
“Tyrant” es una serie protagonizada por Bassam al-Fayeed, hijo del tirano del 
ficticio país de Abbudin que, tras veinte años de exilio voluntario en Estados 
Unidos huyendo de un padre horrible y una vida espantosa, vuelve a casa y se ve 
obligado a intervenir en los asuntos de Abbudin como asesor de su hermano Barry, 
que gobierna el país tras la muerte del tirano. Todo muy plano, lleno de 
tópicos, con algunos personajes prescindibles (el hijo de Bassam), otros 
caricaturescos (el jefe del ejército) y otros interesantes (el propio Bassam), a 
veces ágil, a veces pesada, muy superficial y, con todo, capaz de sacarnos de 
nuestras zonas de confort para enfrentarnos a un mundo que sólo conocemos por 
las noticias del telediario. Todos sabemos qué es Abbudin, y todos sabemos que 
el tirano de Abbudin podría ser Saddam Hussein, o Ben Ali, o Bashar al-Asad, o 
Gadafi. La originalidad de la serie está en Bassam, el hijo pródigo, un Michael 
Corleone que quiso alejarse de los negocios familiares pero al que las 
circunstancias obligan a pasar por el aro. En “El padrino”, Michael Corleone 
termina convirtiéndose en lo que siempre odió, y en “Tyrant” el pediatra Bassam 
no puede evitar hundirse en cuerpo y alma en un régimen político que destruyó su 
infancia. “Tyrant” es tan entretenida como “Ob-la-di-ob-la-da” y más consistente 
que “La teniente O´ Neil”, pero no es el “El padrino” de Oriente Medio. En la 
Edad Media el pensamiento teológico era una cuestión de élite, puesto que 
cualquiera podía escuchar uno de los poderosos sermones de san Bernardo de 
Claraval pero muy pocos leían a Pedro Abelardo o santo Tomás de Aquino. Hoy, los 
sermones de san Bernardo han sido sustituidos por series de televisión como 
“Tyrant”, pero los libros de santo Tomás están al alcance de todos los 
seguidores de “Homeland” o “House of Cards”.

 
 
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