Indiana Jones es capaz de hacer que House se olvide la vicodina, que la doctora Brennan se interese por algo más que por los cadáveres descompuestos y que Sheldon... bueno, no creo que Sheldon respete mucho la arqueología ni que entienda los superpoderes del Arca de la Alianza, pero tampoco nos castigaría con un strike por disfrutar por vigésimo quinta vez (más o menos) con Indiana huyendo de una enorme piedra rodante después de robar un ídolo hovito. El mundo no es un lugar perfecto en el que todo va bien y todas las cosas cumplen su función, como creía el doctor Pangloss de Voltaire, pero películas como “En busca del Arca perdida” permiten que, al menos durante un par de horas, pensemos que las piedras están para hacer castillos e Indiana Jones para alegrarnos el día. En la película “Impacto súbito”, el inspector Harry Callahan ruega a un atracador que le alegre el día mientras le apunta con su pistolón, pero el optimista doctor Jones nos alegra el día con más elegancia que el duro inspector Callahan y no quiere limpiar la ciudad, sino que se limita a luchar contra nazis de cómic que quieren conseguir el Arca de la Alianza para Hitler.
Harry Callahan cree que no hay nada malo en disparar siempre que se dispare a las personas adecuadas. Indiana Jones cree que el Arca de la Alianza debería estar en un museo. Alégrame el día, Indiana.
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