 San Anselmo de Canterbury había demostrado en el siglo XI que el hecho mismo de negar la existencia de Dios podía ser utilizado para demostrar su existencia. Kant llamó a esta cabriola dialéctica “argumento ontológico” y concluyó que carecía de validez, pero eso no impide que los amantes de los juegos lógicos la tengamos en un altar (bueno, los que tienen un altar también la tienen en un altar, pero por otros motivos). Pues bien, la noche del jueves asistimos a una doble mortal pirueta realizada sobre la pirueta mortal que San Anselmo realizó hace mil años. Para quitarse el sombrero.
San Anselmo de Canterbury había demostrado en el siglo XI que el hecho mismo de negar la existencia de Dios podía ser utilizado para demostrar su existencia. Kant llamó a esta cabriola dialéctica “argumento ontológico” y concluyó que carecía de validez, pero eso no impide que los amantes de los juegos lógicos la tengamos en un altar (bueno, los que tienen un altar también la tienen en un altar, pero por otros motivos). Pues bien, la noche del jueves asistimos a una doble mortal pirueta realizada sobre la pirueta mortal que San Anselmo realizó hace mil años. Para quitarse el sombrero.El programa se llama “Esta casa era una ruina” y convenció a una señora de que Dios existe demostrando que Dios no existe. Aquello parecía sólo un programa en el que Antena 3 hacía una casa social para que jugaran los niños de un pueblo en el que un tren había matado a una niña que jugaba en las vías. Pero era mucho más. La madre de la niña repetía que volvería a creer en Dios si aquella casa social se hacía. Y la casa se hizo, así que la madre recobró la fe… gracias a que Dios no intervino en absoluto.
 
 
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