19/6/09

HERMANA DUDA

La duda obsesiva se instala en el alma humana y nunca queda satisfecha por muchas comprobaciones que se haga. No importa el número de veces que uno se cerciore de lo que duda; la inquietud sólo se alivia unos segundos, tras los cuales regresa la incertidumbre. Quizá uno está equivocado. Quizá la comprobación estuvo mal hecha. Quizá las cosas son como nos tememos. O, peor, como no nos tememos. Hay que volver a confirmarlo todo. "Mi país es tan pequeño que cuando el sol se va a dormir no está seguro de haberlo visto. Por eso vuelve", cantaba Lluís Llach. Algo parecido me ocurre a mí: "Elígeme" es un programa tan horrible que no puedo creer que exista. Por eso vuelvo a verlo. Lo hago y pocas horas después vuelvo a dudar. No es posible. Tengo que estar equivocado. Debo confirmarlo mañana. Y un día, y otro día, y otro día...


No puede existir un cyborgpresentador tan afectado, me digo a mí mismo el martes por la noche después de haber visto el "Elígeme" del martes por la tarde. Tengo que verlo el miércoles para corregir mi error. Y el miércoles confirmo que Carlos Baute es aun peor lo que recordaba, por más que horas después esos batallones de minusválidas emocionales enfrentadas a esos terminators de la seducción vuelvan a parecer inverosímiles. Sencillamente no puede ser. ¿No me habré equivocado? Oh, no, ¿tengo que volver a ver el "Elígeme" del jueves para confirmarlo?. "Hermana duda, pasarán los años y ojalá que tú sigas teniéndome a tiro, pero esta noche, hermana duda, dame un respiro", canta Jorge Drexler. Pero no hay tregua. El jueves por la tarde repito la comprobación y el jueves por la noche no me puedo creer sus conclusiones.

Mientras el sol vuelve al país de Lluís Llach y Jorge Drexler se hermana con la duda, en la radio Carlos Baute acaba de cantar no sé qué de estar colgando en unas manos. No puede existir una canción tan horrible. Seguro que la he oído mal. Tengo que volver a escucharla para asegurarme.

2 comentarios:

30 dijo...

Genial!

Me encanta "hermana duda" de Drexler.

AAA dijo...

Eso mismo me ocurre a mí pero con alguien maravilloso. Tienes mucha razón. Hay cosas tan increíbles que parece que nunca te vas a cansar de comprobar su existencia.