3/7/08

CORTÁZAR EN ALASKA

Quise ser como Cortázar. Contaba Aurora Bernárdez, primera esposa del escritor, la forma peculiar de unir los trenes y la literatura que había inventado el argentino durante los viajes que hicieron por Italia en los económicamente difíciles años 50. Hartos de andar cargando con libros en el equipaje, Julio y Aurora solían comprar en los quioskos de las estaciones ediciones baratas, fundamentalmente de novelas negras, con las que entraban a los vagones. Allí, durante el viaje, Cortázar comenzaba a leer la obra. Al terminar una página la arrancaba y se la pasaba a su mujer, que a su vez la leía y posteriormente la arrojaba por la ventanilla del tren. "No hace falta guardar lo que se lee. Si merece la pena uno lo recordará".

Así que en cuanto el gran Komond Deckard me informó de la aparición de la tercera temporada de "Doctor en Alaska" en DVD recordé que pronto me esperaba un largo viaje y decidí sembrar los campos de Castilla con la magia de Cicely igual que Cortázar había desperdigado por la Toscana a detectives corruptos y asesinas alcohólicas. A mi acompañante le encantó la idea. Compramos un ejemplar de la T3 de "Doctor en Alaska" y nos acomodamos en el tren con nuestros respectivos portátiles dispuestos a cruzar España. Yo veía primero los DVDs de la caja, seis en total, en mi máquina y se los pasaba a ella a continuación para que hiciera lo propio. Así disfrutamos de capítulos inolvidables: "Sólo tú", "Jules y Joel", "A cazar nos vamos". No hace falta guardar lo que se vee. Si merece la pena uno lo recordará.

Pero la Ferrovie dello Stato del siglo XX no tenía las ventanas selladas a cal y canto como la Renfe del siglo XXI. No hubo forma de abrir las ventanillas y devolver a Joel Fleishman y a Maggie O’Connell a la naturaleza. Al término del viaje tomamos la caja, separamos cuidadosamente los cartones de los plásticos y depositamos ambos en sus correspondientes contenedores. Después compramos un ejemplar de "Historias de cronopios y de famas".

9 comentarios:

Komond dijo...

Buena columna, aunque insinúe hacerle algo así a la que seguramente sea la mejor temporada de Doctor en Alaska.

Además, los DVDs no se reciclan en España, con lo cual, en recogida selectiva considerarían del todo desechable semejante obra de la ficción televisiva. Para otra ocasión, merece la pena recordar que cada cierto tiempo, FNAC toma cualquier VHS,DVD o BluRay, te entrega un vale de 5€, y entrega el DVD para obras sociales.

Yo una vez entregué una basurilla de Arnold Chuacheneger que no quería ni para guardar el chóped. Doctor en Alaska sería una verdadera obra social.

Se quejan de internet y la piratería... Cortázar habría difundido en lugar de tirado aquellos libros. Se bajaría un pdf, mientras leía se iria compartiendo por "la mula", y después borraría esos megas de su "equipaje duro".

Mucho mejor sistema, y si no, díselo al pobre que no tenía dinero para un libro y recorría la vía desesperado buscando la siguiente página. ¡Oh no! ¡Falta la última!

Anónimo dijo...

Antonio (hoy más Gala que nunca), lo ideal sería que sólo se escribiese aquello que merece ser recordado. Ten mi consejo en cuenta para la próxima vez que se te pase por las mientes hablar de Doctor en Alaska, de El Precio Justo o de Barrio Sésamo.

Anónimo dijo...

No todo lo que se lee merece ser recordado y no todo lo que debe serlo se hace,asi que hai inteviene tu cabecita.Por ejemplo.Mis apuntes de lengua se fueron a la hoguera de SanJuan pero el Discurso del Metodo,y esto no ye broma,ya me lo lei unas cuantas veces no se,esi tio se lo fabrico muy bien,asi que lo leo demasiado.Pero una cosa,cuando seas viejo y se te vaya la pinza cual sera ese recuerdo si lo has tirado por la ventanilla del tren.Si algo te gusta guardalo,la cabeza se te va,pero las letras quedan

Saludos y con dios diria descartes o San Agustin no Tomas?

Amarok dijo...

Si arrancas las páginas de un libro que estás leyendo es que no te está gustando demasiado: yo no sería capaz de arrancar ni una sola página de "Tormenta De Espadas" ("Canción de Hielo y Fuego"), que es un libro (saga) que merece ser recordado y lo recordaré, pero también merece ser leído varias veces.

Además, la edición en tapa dura no es precisamente barata, tiene unas 1200 páginas, como para andar estropeando una presentación tan cuidada.

Al libro al que sí le arrancaría las páginas con muchas ganas sería a "El Perfume",o "Cartas del Viaje a Asturias", ¿por qué nos torturan con estas lecturas cuando se está en bachillerato?

Anónimo dijo...

¡No me gustan los pelotas, ni los que necesitan de los pelotilleros! ¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaahhhhhh!!!!!!
¡¡¡¡¡Aunque unos y otros se disfracen de colegas!!!!!
¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAGGGGGG!!!!!
¿Quién necesita a quién?

Anónimo dijo...

El hecho de que alguien haya empleado la misma estrategia que yo a la hora de comentar en este blog ha hecho que me plantee ciertas dudas existenciales. Gracias Lisa.

Si el día de mañana yo hiciese una columna en lugar de Antonio Rico, ¿detectaría alguno de sus fans que ese no era su estilo narrativo y que yo era una impostora? ¿Se define la persona por su nombre o por sus actos? ¿Podré recuperar algún día mi identidad comentarista perdida (si alguna vez tuve una)? ¿Será este mi último comentario en 625 Ranas y a partir de ahora otro suplantará mi lugar (si alguna vez tuve uno)? ¿Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y, otra vez, con el ala a sus cristales jugando llamarán?

P.D.: Bécquer estaba más bueno que el pan. Ahora está muerto, pero algún día mi polvo se juntará con el suyo y será como siempre deseé. Es mi consuelo. Ay Bécquer: si tú fueras para toda la vida, si tú fueras para toooooda la vida, yo sería la persona más feliiiiz.

Anónimo dijo...

Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,...

Anónimo dijo...

Lisa, eres una malhechora, por eso... me gustas. ;)

Anónimo dijo...

Cudiao con lus espejismus...Coime voime, nun quiero más.