29/7/08

LA ODISEA

Todos los años pasa lo mismo. En invierno nos encaprichamos con el televisor porque nos parece un cachorrito muy simpático, juguetón y divertido. Afuera, en la calle, hace mal tiempo y la tele nos da todo su cariño en forma de programas que nos entretienen mientras nos refugiamos en casa. Las cadenas saben que necesitamos compañía cuando tras los cristales llueve y llueve, así que recurren a sus mejores artimañas para encandilarnos. Películas de estreno, nuevos documentales y reportajes de investigación, la última temporada de las series que más nos gustan... El televisor se convierte en nuestra mascota. Jugueteamos con él y durante horas miramos cómo nos mira con su ojo de cíclope cómplice. Salta obediente cuando jugamos a hacer zapping y corre dando brincos detrás del canal al que lanzamos, distraídos, un palito. O se deja abrazar, tierno, mientras nos arrebujamos contra su lomo peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sí, sí: igual que Platero. Son días en que el hombre del tiempo repite una y otra vez cuánto frío hace afuera. Justo después, con la misma insistencia, las multinacionales del petróleo repiten su letanía: hay que ver lo calentita que podemos tener la casa gracias a ellas.

Pero pasan los meses y la mascota crece. El televisor cambia de pelaje y se hace adulto. Cuando nos apoyamos en él sólo encontramos aristas que se nos clavan en la mejilla. Llega el verano y los días se tornan largos y luminosos. Quien fue cíclope compaciente nos parece ahora un Polifemo terrible y brutal capaz de devorarnos. Reposiciones, cine de saldo, estrenos de todo a cien… En la calle hace sol y la que fue una casa acogedora es ahora una cueva hostil. Estamos atrapados, agucemos el ingenio. Afilamos el botón de apagado del mando a distancia y se lo clavamos al televisor mientras duerme. Ciego, a tientas, no se percata de nuestra huida. Quién sabe qué aventuras nos esperan ahí afuera.

2 comentarios:

Víctor Martínez Loredo dijo...

a columna televisión sobre cómo se apaga la televisión.... ¿No había nada interesante en ningún canal?

jajajajaj

Está bien.

Anónimo dijo...

Que gran Odisea,en comparación con la de Ulises este solo fue un viaje de ocio.Es normal que la gente salga sino es debido a:

1 llueve
2 Practicamos erotismo o lo otro, llámalo i
3 hay una película para no olvidar
4 si sales te van a dar de ostias que vas aparecer un cura pero en vez de darlas las recibes

Esas son unas cuantas que posiblemente puedan ser verdad, cada uno elige la que quieras.Pero yo prefiero estar con mis colegas por fuera que haciendo mimos a una tv.
Saludos a los criticos,y Antonio me merezco una felicitación para mi cumpleaños e,que gracias a mi (bueno y también a algún otro)esto sigue vivo y sin cobrar, rácanos