28/10/16

LA AUTOLISIS DE TVE


Hoy es el cumpleaños de TVE. Hace 60 años que comenzó sus emisiones regulares con discursos oficiales y bailes regionales de la Sección Femenina. Eran formas de vida habituales en aquella antigua era televisiva del “Corosydanzazoico”, cuando los terribles formatos televisivos en blanco y negro dominaban la Tierra. La tele y el Régimen que la parió eran un ejercicio de añoranza hacia un pasado glorioso que nunca había existido. Pero aquel mundo arcaico estaba condenado a evolucionar porque ese lastre ideológico no podía recurrir al archivo de TVE para extraer imágenes con los que alimentar la nostalgia: el archivo estaba vacío. Había que llenarlo.

Ahora, por su cumple, TVE tiene el mejor y más grande archivo de imágenes e historias compartidas de los últimos 60 años de nuestras vidas. Hace ya muchos años que lo tiene. Por eso los programas que tiran de archivo son un género clásico de nostalgia televisiva tan habitual que TVE podría permitirse la pirueta de hacer nostálgicos programas de televisión hoy sobre los programas nostálgicos de televisión de ayer. Pepe Colubi dice que la protección, uso y disfrute del archivo de TVE es tan importante que debería estar recogido en la Constitución, y aquí no somos nadie para llevarle la contraria a un genio sobre todo cuando tiene razón.

“Ochéntame otra vez”, “Cachitos de hierro y cromo”, “Viaje al centro de la tele”, “Música ligerísima” o “Cómo nos reímos” están muy bien. Incluso “OT. El reencuentro” tiene la gran utilidad de permitir que un “Telediario” dedique más tiempo al abrazo entre Bisbal y Chenoa que a las últimas novedades del caso Gürtel y de las “Tarjetas Black” juntos. Pero TVE tiene otra responsabilidad con su archivo que no cumple: generar contenidos que en el futuro podamos recordar con añoranza y no con vergüenza. En lugar de esto, se seca y se muere. Nadie la mata, se muere ella sola de fuera hacia dentro. Las enzimas melancólicas disuelven su programación y TVE se muere por autolisis. Con solo 60 añitos y toda una vida por detrás, pero también toda una vida por delante.

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